El tranvía, ese encuentro directo con el pasado, con la infancia y la adolescencia, con los relatos cariñosos de cómo era Rosario en aquella época y una nostalgia de querer volver atrás. Es que durante más de medio siglo, el tranvía constituyó el principal medio de transporte público y fue utilizado en forma cotidiana por estudiantes, trabajadores, niños y adultos que se desplazaban por una ciudad que crecía y se expandía.

La Asociación Rosarina Amigos del Riel devolvió a rosarinos y turistas algunas de esas sensaciones, cuando hace casi cinco años atrás, el tranvía 277 fue rescatado y puesto en funcionamiento, el 20 de julio de 2014.

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“Es un vehículo de la flota tranviaria original de Rosario, construido en la ciudad, inaugurado junto con otros dos coches en el año 1939 y que funcionó hasta el final de la explotación del servicio tranviario en 1963”, recuerda Carlos Fernández Priotti, de Amigos del Riel en diálogo con Conclusión

Con el pasar de los años la carrocería del vehículo terminó a orillas del Paraná y a principios de la década del 80 surgió el proyecto para rescatar la carrocería y reconstruir el vehículo. “Eso llevó 30 años: la carrocería se rescató en 1984 y el tranvía se puso en funcionamiento el 20 de julio de 2014 en el circuito de avenida Wheelwright”, precisa el aficionado.

A lo largo de estos cuatro años y medio el tranvía ya ha trasladado a más de 20.000 pasajeros, en un promedio de 1.300 o 1.400 por día, funcionando generalmente domingos y feriados de 9 a 17, dependiendo de la temporada.

“Ha tenido un singular éxito contando con la colaboración, por una parte, de la empresa municipal Semtur -actualmente Movi- que hacía el traslado del vehículo hasta el galpón de trolebuses de Mendoza y Circunvalación, y la participación de integrantes de Amigos del Riel, en lo que significa conducción y la operación del tranvía, de manera voluntaria”, admitió Fernández.

Sin embargo, con un dejo en la voz lamentó que desde agosto de 2018, exactamente para el Día del Niño, el tranvía 277 haya dejado de circular. “Fue la última salida y desde ese día no nos avisaron nunca más para volver a salir”, expresó con tristeza.

“Nos comunicamos con la Municipalidad y la respuesta fue que había una restricción de gastos y como el tranvía no tiene una condición de ingresos económicos específicos, no se cobra boleto, había que suspenderlo y la situación sigue hasta el presente”, explicó Fernández Priotti.

Sin perder las esperanzas, espera que este nuevo año el tranvía pueda volver a circular “porque es un patrimonio muy importante que tiene la ciudad, ya que en Argentina solo la ciudad de Buenos Aires tiene un servicio tranviario histórico y Rosario es la segunda ciudad que lo tiene, y que lamentablemente no lo estamos manteniendo para beneficio de propios y de visitantes”.

“Es un viaje en el tiempo, un servicio que tenía la ciudad que se perdió y que estamos necesitando que al menos se mantenga. Por lo menos una vez por mes, los fines de semana con un cronograma firme para que los rosarinos y quienes nos visitan tengan una idea de qué día circula”, cerró.

Así las cosas, el mítico y esperado tranvía 277 descansa una vez más en su galpón…