El Paraná continúa con su bajante. Este jueves, según el informe de Prefectura la altura del río fue de 8 centímetros, cuando a esta altura del año debería tener más de tres metros. Se trata de la mayor bajante en los últimos 50 años.

Esta situación genera consecuencias tanto ambientales como económicas. En cuanto al primer punto, organizaciones sociambientales nucleadas en “Dos orillas” manifestaron preocupación y pidieron acciones a los gobiernos de Santa Fe y Entre Ríos ante los impactos sociales y ecosistémicos de la bajante.

Pidieron políticas inmediatas y mancomunadas para salvaguardar los bienes naturales y las comunidades y habitantes que viven y desarrollan sus economías en las regiones afectadas.

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Días atrás la represa hidroeléctrica Itaipú, ubicada entre Brasil y Paraguay, abrió sus compuertas a partir para posibilitar la navegabilidad del río Paraná. Según pudo saber Conclusión, esto demorará unos quince días, ya que son más de 2.000 kilómetros los que debe recorrer el agua.

Por otra parte, desde la Bolsa de Comercio de Rosario estimaron las pérdidas económicas en unos 244 millones de pesos. Ya que los buques deben salir de las terminales agroexportadoras con menos carga, para evitar encallar.

Según la BCR, la empresa Hidrovía SA, encargada de garantizar el calado del río hasta 34 pies, está obligada a lograr este objetivo el 90 por ciento del tiempo con una altura mínima de 2,47 metros. Es decir, técnicamente en este momento es imposible garantizar esa profundidad para el tránsito de los barcos.