El desamparo al que quedan expuestas las familias que sufren la pérdida violenta de un ser querido es único. La procesión que deben hacer por dentro, es patrimonio solo de aquellos que sienten cómo el corazón se les desgarra de dolor e impotencia.

Desde el minuto uno comienza un derrotero tan espinoso como indeseable. Perseguir justicia trae consigo un sinfín de complicaciones que tiene su anclaje en una situación puntual, la imposibilidad de sostener la estabilidad laboral. La precarización económica es hermana de la lucha que deben llevar adelante todos aquellos que se vean inmersos en esta situación tan espinosa.

Centro Único de Atención a Víctimas

El Centro Único de Atención a Víctimas fue inaugurado en el mes de mayo en San Lorenzo 1017. Nuclea el funcionamiento conjunto de la Dirección de Asistencia y Empoderamiento de las Víctimas del municipio, a la Dirección de Atención a Víctimas provincial y al Centro de Asistencia Judicial, estos últimos, dependientes del Gobierno de Santa Fe.

Martín Illia es el titular de la Dirección, y en diálogo con Conclusión sostuvo, “en lo particular la experiencia que pude evaluar en este tiempo es muy positiva. Yo comencé desde mi espacio político que es radicales progresistas, que ya venía bregando desde hace tiempo en el Concejo por esta ordenanza”.

“Estar a la cabeza de la implementación de la ordenanza es una responsabilidad enorme, el familiar de víctima tiene que estar tranquilo ya que jamás vamos a hipotecar nuestra vocación de servicio. El punto fundamental tiene que ver con la posibilidad de oír al familiar, esa debería ser la concepción única del estado en los tiempos actuales. Creemos que la participación ciudadana es fundamental en la construcción de estos canales de transformación”, indicó Illia.

Sobre la violencia estructural de la sociedad y el diálogo con los damnificados, el director fue contundente: “Hemos podido mantener un diálogo muy bueno con todas las organizaciones de víctimas en términos generales. Si bien la ordenanza es muy amplia y aun quedan puntos por trabajar, el balance que hago es muy bueno”.

La idea de generar cooperativas de trabajo como una colectora necesaria ante la demanda de una autonomía transformadora. “Si bien el Centro asiste a la víctima tanto a nivel judicial como psicológico, para luego generar en esto último las derivaciones que correspondan, hace foco en la idea de empoderamiento. Si bien el Estado debe asistir al ciudadano desde el primer momento, la idea de generar un canal para que el mismo pueda lograr su autonomía, es premisa fundamental. El cooperativismo es una maravillosa herramienta para construir y consolidar”, concluyó Martín Illia.

Familiares empoderados y organizados

Para constituir las cooperativas de trabajo se realizan capacitaciones a través de la Dirección de Cooperativas, perteneciente a la Secretaría de Economía Social. Este año se constituyeron dos nuevas asociaciones. La primera experiencia fue llevada a cabo por el colectivo «Pariendo Justicia», conformado por víctimas y familiares que buscan justicia.

 

“Si todo transita su cauce normal, en marzo estaríamos arrancando con la cooperativa, a la misma la integramos  10 personas, 9 mujeres y un hombre. La idea inicial era consolidar un trabajo textil, pero este al ser un rubro que la mayoría desconocía, cambiamos el rumbo. Al tener la presencia de Ramón Casco (papá de Franco), que conoce muy bien el oficio de albañil y otros, nos inclinamos por brindar un servicio de mantenimiento de edificios, públicos o particulares”, relató Gabriela Vega, integrante del colectivo “Pariendo Justicia” a Conclusión.

La vulnerabilidad económica como denominador común, “todos coincidíamos en esto, vivimos de trabajos informales y el mismo es impiadoso. El camino de la lucha por justicia te lleva a perder lo poco que tenés”, comentó.

“Decidimos iniciar la gestión de emprender el cooperativismo para no depender de un subsidio o esperanza de la llegada de un trabajo estable. En marzo estaríamos funcionando pese a los altibajos comprensibles de muchos, ya que este camino es muy duro y suele quebrarnos”, concluyó.

Betina Quinteros es una de las tantas mamás que se juramentó no bajar los brazos, “para enfocar esto, debemos partir de la enorme necesidad que tenemos t

odas de rehacer nuestras vidas después de la partida de un ser querido”, enfatizó.

 

“Muchas nos hemos quedado sin trabajo, en mi caso soy asistente gerontológico, debido a un cúmulo de cosas. La angustia, la depresión y  el dolor profundo, se combinan con la escasez de ofertas laborales para conformar un cóctel tremendo. La cooperativa es una idea excelente que puede darnos la perspectiva de una vida digna. En mi caso quiero ocupar las horas trabajando, no trayendo pensamientos que suelen quebrarnos y doblegarnos”, cerró.

Gabriela Vega (presidenta), Lucila Pavon (secretaria), Otilia Nazzari (tesorera), Liliana Pavon, Eliana Dangelo, Eleonora Burgueño, Ramón Casco, Marina Villarreal, Betina Quinteros y Soledad Candia. Éste es el primer grupo de cooperativistas que buscarán torcer una realidad poco favorable, para ensanchar un sendero que pueda permitir un transitar por la vida mucho más dignificante.