El río sigue bajando y la preocupación de los rosarinos sube cada vez más. Este martes, el río Paraná marcó -0,30 -cuarenta centímetros menos que el fin de semana- y solo resta esperar que la naturaleza haga los suyo.

Este fenómeno provoca que, los sectores que dependen del Paraná vean interrumpidas sus actividades Ese es el caso de las guarderías de la costa, donde sus embarcaciones quedaron directamente sobre la tierra. Además, las mismas actividades deportivas que ofrece los clubes, lentamente se van interrumpiendo.

“Estamos viviendo una situación crítica”, manifestó Simón, el intendente del Club Remeros y afirmó que “ya no tienen parque náutico operativo”, a pesar de las reiteradas tareas de bragado que se han realizado para poder sostener las embarcaciones.

 

“Hemos vivido grandes inundaciones, pero esta bajante así, jamás y cada vez se complica más la situación porque en tan solo semanas las mediciones bajan rotundamente”, remarcó el encargado en diálogo con Conclusión.

En Remeros, al igual que en el esto de las guarderías, la bajante ha hecho que las lanchas y los veleros hayan queda apoyados sobre la tierra, corriendo el riesgo de sufrir diversas roturas.

“Estas embarcaciones no están diseñadas para estar apoyadas en tierra y menos como están ahora y eso les va a traer un costo adicional a sus dueños porque al momento de salir al río va a tener que ponerla en condiciones nuevamente y eso cuesta mucha plata”, remarcó Simón.

Además de la guardería, los deportes que se realizan en el club se ven totalmente afectados ya que resulta cada vez más difícil poder sacar los botes para poder practicar.

“Desde lo humano ya agotamos todos los recursos, ahora solo resta esperar que el rio crezca”, expresó.