La muerte de Candelaria, la nena de 5 años que fue alcanzada por una bala perdida durante la madrugada de Navidad, sigue conmocionando a toda la ciudad. Tras su deceso se confirmó que sus padres decidieron donar sus órganos y consideraron esa acción como una forma de “aplacar” tanto dolor.

Este lunes por la mañana se confirmó el fallecimiento de la nena que ingresó a la madrugada del 25 de diciembre con un cuadro gravísimo y  muerte encefálica. Desde el Sanatorio de la Mujer, donde se encontraba internada, su director confirmó la decisión de sus padres de donar los órganos y el procedimiento se llevó a cabo automáticamente después de confirmarse el triste final.

 

“Desde el dolor, han entendido la importancia de la donación”, expresó el Director del Cudaio Mario Perichón quien a la vez informó que desde el organismo se trabajó con los equipos de coordinación operativa y médica que, fueron los encargados de contactar a los padres para charla sobre la posibilidad de la ablación.

“Se habló tanto con los médicos del Cudaio como también con la fiscal que interviene en la causa y la jueza para explicar la decisión de sus padres porque necesitábamos la autorización de la justicia ya que se debió a una muerte violenta”, detalló el médico.

En ese marco, Perichón destacó que “son muy pocos” los casos de niños que donan sus órganos tras su fallecimiento debido a que la ablación en menores se rige con la Ley Justina 27.447. La misma dispone que «toda persona capaz mayor de 18 años» es posible donante de órganos o tejidos, salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario. Entonces, antes de hacer una ablación, los médicos deberán corroborar si el donante, en vida, informó su negativa. Es decir, en el caso de los niños y niñas, la decisión será de sus padres.

Asimismo, aclaró que en Cudaio tiene un equipo de psicólogos que monitorea a las familias realiza un seguimiento a mediano plazo tras la intervención.

“A pesar de la extrema tristeza, es un consuelo y muchas familias lo viven así”, manifestó.