Ninguna familia está preparada para asimilar la información de que su hijo recién nacido irá a neo, sólo aquellas madres que han pasado la angustia de no estar cerca de su hijo recién alumbrado, pueden dimensionar tamaña angustia.

No lograr amamantar como lo habías imaginado, no poder alzarlo, acunarlo, mimarlo, higienizarlo, hacen que las horas, días o meses que tenga que estar en Neonatología, sean interminables. A esto también podríamos sumarle que en muchos casos la salud es delicada, que existen horarios de visitas y que no siempre las familias son tratadas adecuadamente.

Del 12 al 18 de noviembre se conmemora la semana del prematuro, como cada año se toma un derecho para visibilizar y difundir. El de este año fue el n° 3, que indica que: “El recién nacido prematuro tiene derecho a recibir atención adecuada a sus necesidades, considerando sus semanas de gestación, su peso al nacer y sus características individuales. Cada paso en su tratamiento debe ser dado con visión de futuro”.

Según la OMS un niño es considerado prematuro cuando nace antes de haberse completado las 37 semanas de gestación, destacando que normalmente el embarazo dura unas 40 semanas o más. Nacen niños prematuros en todo el mundo, en países de ingresos altos, medianos y bajos. Cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros, es decir más de 1 de cada 10.

Conclusión dialogó con la médica neonatóloga Ofelia Casas quien profundizó sobre cómo deben ser tratados los bebes nacidos antes de tiempo y sus familias.

En torno a la semana de recordatorio del prematuro Ofelia aclaró: “No se trata de una celebración, sino de un homenaje al niño nacido antes de tiempo. No lo tomaría como una fiesta sino como algo que la sociedad en su conjunto debe recordar y en esto incluyo también a los equipos de salud”.

Cada año se toma una frase simbólica para acompañar, “en esta oportunidad se pone en cuestión el derecho tres, que hace referencia al cumplimiento de una obligación para los equipos de salud, sociedad, Estado y medios privados. La misma indica que el niño nacido antes de tiempo debe ser atendido como corresponde a su peso edad – gestacional, junto a su familia y de manera respetuosa”.

Muchas son las familias que se ven atravesadas por la difícil situación de tener a su hijo recién nacido en neonatología, “esto implica que la familia conozca el momento de vida de ese niño, los riesgos y las posibilidades. No hacemos referencia a aquello que tenga que ver con la cobertura de toda la neonatología crítica, sino que es importante que se comunique qué cosas tiene ese niño, qué puede llegar a tener, y cómo fundamentalmente poder ayudar”, enfatizó la médica.

La comunicación resulta de vital importancia en momentos críticos donde las familias se encuentran en una situación nueva, no esperable y en muchas situaciones de alta complejidad. “Es fundamental como se brinda la información a los padres, ya que muchas veces perdemos de vista las fuerza de las palabras cuando damos un informe. En realidad uno debería, aunque el niño esté en un estado de cuidado crítico máximo, no hablar de muerte inminente sino de criticidad y de las cosas que podemos hacer”.

Pequeños cambios hacen que las situaciones complejas sean recibidas de otra forma, “focalizar en cómo acompañamos es la clave, poder dar una abrazo, ser afectuosos en el saludo, todo esto  amortigua un informe difícil. La comunicación a los padres, sin dudas es lo más complejo y debería estar incluido en el proceso de atención del niño críticamente enfermo”.

El prematuro en sí es un niño de cuidado crítico de inicio, aunque es el deseo de todos que pase al cuidado intermedio lo más pronto posible. “En lo que hace al cuidado oportuno y adecuado corresponde que las maternidades y neonatologías sean abiertas a la familia. Con esto último me refiero a que no haya porteros eléctricos, que la madre pueda entrar a alimentar, acompañar y ayudar cambiando pañales y en el baño de su hijo”.

Muchas son las personas que se sienten absolutamente impotentes de poder hacer cosas en pos de sus hijos, “las madres tienen que poder estar para acompañar el despertar del niño, tenerlo upa, independientemente de su peso edad – gestacional y del cuidado crítico que esté atravesando. Más allá de que el bebé tenga la vía aérea comprometida, drenajes, cirugías, salvo en contadas situaciones, está en condiciones de estar en el regazo de su madre”.

“Poder llevar a cabo lo antes mencionado mejora la recuperación y eso está basado en la evidencia medicinal. Hoy se plantea el cuidado intermedio y crítico con la madre, entonces es hora de que cuando hablamos de cuidado oportuno del niño pequeño, éste sea centrado en la familia. Sin perder de vista la importancia de que el bebé reciba el calostro que le corresponde y la leche fresca de su propia madre”, concluyó la médica neonatóloga Ofelia Casas.