El teatro rosarino siempre ha sido una referencia en el país en cuanto a la cantidad de espectáculos en cartelera y al gran número de artistas que ha dado a luz la ciudad. Pero el desarrollo teatral de la ciudad muchas veces se ve afectado por la realidad económica del país.

El Presupuesto 2019 prevé recortes en Cultura, que afectarán al Instituto Nacional del Teatro (INTI). A eso hay que sumar la recesión y caída del consumo, a lo que el teatro no es ajeno.

Las reservas de entradas comenzaron a descender en 2015 y desde la última gran devaluación la baja de asistentes cayó de manera “abrupta”.

“Estamos viviendo un momento muy difícil, sobre todo desde que cambio el gobierno, también en relación de cómo fue avanzando el ajuste y la recesión asociada, porque de alguna manera, las reservas en los espectáculos empezaron a disminuir muy gradualmente desde diciembre del 2015”, comentó a Conclusión Carla Saccani, dramaturga, directora y docente.

La artista agregó que “también se dio una baja más grande cuando llegamos a diciembre del 2017 con la reforma previsional”.

“Ahora lo último tiene que ver con el aumento del dólar lo sentimos, y esto lo hablo con los demás elencos y lo charlamos con la gente que trabaja en las obras que presento yo, es que hubo una caída abrupta en las reservas de los espectáculos debido a este motivo”, manifestó.

“Desde la producción buscamos la manera de activar, hacemos descuentos, hacemos promociones pero es verdad que el rosarino ve como un lujo ir al teatro o consumir cultura cuando hay una erogación monetaria en el medio, entonces entiende que es lo primero que tiene que recortar”, detalló Saccani.

Los que trabajamos desde la autogestión en este momento no contamos con subsidios, no llegamos a cubrir los gastos de las producciones de las obras, la actividad se reduce”, remarcó la actriz y directora.

“Hay una creencia popular que lo artístico rápidamente se asocia al lujo y esa es una idea que nos parece importante desterrarla, porque consumir arte, participar y hacerlo no es algo accesorio en la vida, sino que es algo central, es la lectura de nuestro tiempo, es como fabulamos y como ficcionamos sobre la realidad que nos pasa, como habitamos el mundo, como habitamos el presente, como traducimos artísticamente nuestra ciudad”, expresó Saccani.

Resignar honorarios

Por su parte, Gustavo Di Pinto, uno de los dueños del Teatro La Morada, sala donde también se producen obras dirigidas por él, detalló que la situación de las salas de teatro independiente de la ciudad “siempre ha sido complicada”.

Para intentar sostener la demanda de espectadores debieron mantener el precio de las entradas del año pasado, además de realizar todo tipo de promociones y acortar la cantidad de meses de exposición de cada obra.

Además, contó que actores y directores tuvieron que resignar en honorarios para poder afrontar los costos de las producciones. Y lo que se recauda alcanza para “sostener el alquiler, la luz y todos los gastos que implica sostener una sala”.

El espacio cuenta con un subsidio del Instituto Nacional del Teatro, que “tampoco alcanza”. “No sabemos si con el aumento del alquiler del año que viene vamos a podes seguir sosteniendo el espacio”, advierte Di Pinto.

Con obras de Buenos Aires

Susana Giménez, encargada del Teatro Mateo Booz, que funciona con espectáculos mayormente de Buenos Aires, aseguró que no se registraron bajas en ventas, ya que no modificaron demasiado el precio de las entradas.

“De alguna manera vamos sosteniendo los aumentos en los servicios y no bajar la calidad de obras que ofrecemos desde el teatro”, consideró Giménez.

A su vez, en las instalaciones también funciona una escuela de artes teatrales, que sólo aumentó su cuota en $30 “para que no se les haga difícil a los padres de los alumnos”. Además, la sala cambió la totalidad de su luminaria por luces led que consumen menos.

Las salas donde se llevan adelante las producciones artísticas acompañaron semana a semana el crecimiento de los actores y actrices que le ponen el cuerpo a cada una de las historias que se desarrollan sobre sus escenarios. Ahora los artistas también deben aplicar su creatividad a la búsqueda de alternativas para sobrellevar la crisis.