La docente Cintia Farías, delegada de la escuela Macacha Güemes 1358, publicó en su cuenta de Facebook un texto en donde cuestionó los dichos del periodista Alberto Lotuf y expuso sus experiencias en el trabajo docente.

Después de que el periodista rosarino hiciera público el caso de un médico que tuvo que atravesar la movilización docente para llegar a la operación de un paciente, la maestra Farías invitó al comunicador a que llame a “los docentes que atraviesan la ciudad en bicicleta”.

En el texto, que fue replicado por Amsafe Rosario, la docente expresó que “siempre trabajé en escuelas donde el Estado nunca llega, pero nosotros sí”,  y agregó que no sólo van a trabajar en bicicleta, sino que también salen a pedir donaciones y pintan paredes, puertas y pedazos de madera para transformarlos en pizarrones, demostrando la profundidad del trabajo docente.

Además, la maestra recordó a su compañera asesinada, Vanesa Castillo e indicó que “pasamos por situaciones de denuncias, hacemos actas, elevamos informes, denunciamos y quedamos expuestas, somos amenazadas, debemos ir a trabajar y entrar escondidas”.

Por último, la docente invitó al periodista a que visite la escuela Macacha Güemes, “así puede ver la realidad de estos vagos (según sus palabras) que no quieren ir a laburar”.

Consultada por Conclusión, Farías contó que al texto lo escribió esta mañana en Facebook, cuando volvió a leer la nota del médico que cruzó la marcha en bicicleta y pensó “pero yo durante cinco años fui al barrio Santa Lucía en bicicleta”.

La educadora dijo que cuando escuchó el audio sintió angustia e impotencia, “justamente por lo que vivimos a diario los docentes, que la sociedad a lo mejor no lo ve”.

Además, la docente expresó que no recibió respuesta por parte del periodista Lotuf pero que su intención era que le llegue el mensaje.

“Yo apoyo y apuesto a la educación pública y este tipo de comentarios nos lastiman, duele, porque como escribo en la carta, los docentes ponemos cuerpo y alma”, indicó.

Farías además sentenció que hay roles del trabajo docente que no están vistos por las sociedad, que “muchas veces nos tilda de vagos que no queremos laburar”.

La maestra reconoció que cuando escribió la nota lo hizo recordando la escuela del barrio Santa Lucía, establecimiento en el que trabajó, que está en obras, tiene dos baños químicos para todos los alumnos, no hay patio para el recreo y los docentes deben compartir salones.

Finalmente, comentó que recibió muchos mensajes de apoyo y de agradecimiento por “poner en palabras lo que pasamos los docentes todos los días”.

Lee el texto completo:

(Por Cintia Farías, delegada de la Escuela Macacha Güemes 1358)

Un gran ejemplo este profesional médico que atraviesa una marcha para ir a operar, lo aplaudo y me pongo de pie, pero también el señor Alberto Lotuf debería llamar a los docentes que atraviesan la ciudad en bicicleta, que tal vez no deban atravesar una marcha para ir a operar, pero sí deben atravesar vías, basurales, asentamientos precarios, calles de tierra (rogando que no llueva) tal vez transitando por avenidas para que sea más seguro pero sin contar con bicisendas porque estas no llegan a la periferia de Rosario. Yo soy docente y voy todos los días a trabajar en bicicleta, con mi mochila al hombro y mi guardapolvo blanco como única defensa, yo no voy a operar, no debo curar cuerpos, pero prácticamente todos los días trato de curar almas, no me siento atrás de un escritorio a hacer dictados, yo pongo el cuerpo y el alma. Siempre trabajé en escuelas donde el Estado nunca llega, pero nosotros sí, las y los docentes todos los días estamos ahí, en escuelas en obras, sin baños, sin agua, sin luz, y aunque no lo crea, sin patio para los recreos, escuelas en las que no alcanzan los salones. Trabajamos en escuelas «privadas de todo», y aun así a nuestros niños tratamos de conseguirle todo. Sí, porque no sólo vamos a trabajar en bicicleta, también salimos a pedir donaciones, hacemos ferias y funciones de cine con pororó para chicos que en toda su vida jamás pisaron y tal nunca pisen un cine o un teatro (al que también los llevamos) Pintamos paredes, puertas, pedazos de madera para transformarla en pizarrones.

¿Se acuerda Sr Alberto Lotuf de Vanesa Castillo?  Nosotras sí, porque trabajamos con niños en situación de vulnerabilidad, que para nosotros no son expedientes, son niños que nos piden llorando que los ayudemos. Pasamos por situaciones de denuncias, hacemos actas (muchas, infinitas) elevamos informes, denunciamos y quedamos expuestas, somos amenazadas, debemos ir a trabajar y entrar escondidas. Y esto no me lo contaron, mis compañeras y yo lo vivimos en carne propia.  Zafamos, tuvimos suerte, no nos tocó, pero Vanesa Castillo no tuvo la misma suerte.  Ella no llegó a titularizar, no llegó al concurso, ese concurso que Ud. dice debemos agradecer. Ese concurso es conquista ganada, es un derecho, es estabilidad laboral del que yo puedo gozar desde el año pasado y se lo agradezco a la lucha de mis compañeros.  Sr Alberto Lotuf, lávese la boca antes de hablar de un docente, y cuando quiera lo esperamos, pero en las escuelas, en mí escuela, así puede ver la realidad de estos vagos (según sus palabras) que no quieren ir a laburar.