Cuando se analizan los números fríos y las estadísticas, el 2014 se va en baja para el negocio inmobiliario. Es que al retraso sostenido en las operaciones se observa una disminución no sólo en la adquisición de bienes tangibles a la hora de comprar, sino también en los alquileres. 
Las operaciones de venta de inmuebles en Rosario quedaron este año un 16 por ciento debajo de las de 2013, siendo el mercado de las propiedades usadas el más resentido, según señaló Carlos Rovitti, titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarias Rosario (Cadeiros), en diálogo con diario El Ciudadano.
En cuanto a alquileres se sellaron entre noventa y cien mil contratos mientras que actualmente existen en total unos 300 mil locadores, en su mayoría de clase media que no tiene fácil acceso a planes hipotecarios.
De acuerdo con el balance realizado por Cadeiros, los desarrollos nuevos “son los que más se movieron” debido a las modalidades alternativas de compra como pueden ser, por ejemplo, los fideicomisos.
Rovitti indicó que en toda la provincia se concretaron 132 mil ventas de inmuebles y Rosario representó poco más del 10 por ciento de esa cifra, con unas 17 mil operaciones.
“No hay relación con la necesidad. Argentina tuvo en 2007 la mayor cantidad de metros cuadrados per cápita de Latinoamérica –cuyos principales adquirentes fueron del sector productivo–, y hoy la mayoría de la clase media no tuvo su primer techo. Se necesitan requisitos más flexibles para la gestión de créditos bancarios”, reflexionó.
Otro de los factores que señalaron desde la Cámara, y que refleja en su edición de hoy el matutino rosarino, como un obstáculo para el desarrollo del mercado es que existe distorsión sustancial en la forma de tasación: “Muchos de quienes pagaron las propiedades en dólares cuando la moneda extranjera estaba un 200 por ciento menos que en la actualidad hoy pretenden venderlas en dólares y lo deben hacer  en pesos”.
Para el titular de Cadeiros el panorama para 2015 es complicado. “Es un año en el que habrá varias elecciones y al menos hasta que no sepamos quiénes van a ser los candidatos a competir por el gobierno central es probable que no se reordene la economía. Cuando se sepa, puede que la gente sienta confianza y empiece a invertir en el sector inmobiliario, porque el resguardo natural sigue siendo el ladrillo”, analizó.