Jaque a la democracia fue el eje que se trató en el Fontanarrosa en una mesa de dialogo en la que participó la ex cónsul de Bolivia, Esther Torrico Peña, el periodista Pablo Bilsky y el historiador Alejandro Schneider.

El disparador fundamental fue el comunicado oficial de la OEA y un análisis actualizado de la situación social, política y la relación de los países de Latinoamérica con Estados Unidos.

En diálogo con Conclusión, el periodista Pablo Bilsky, habló sobre «el giro a la derecha y la participación de EE.UU y de la OEA como brazo ejecutor diciendo que las elecciones no eran legítimas, pero mucho antes de hacer el conteo definitivo. El informe oficial de la OEA se entregó el jueves después de muchas insistencias».

Sobre este informe, el periodista aseveró que «más de 59 académicos, de distintas partes del mundo, de EE.UU, de Inglaterra, de México, ya dijeron que el verdadero fraude lo hizo la OEA al cuestionar las elecciones sin los elementos técnicos ni las pruebas. Entonces tenemos que desvincular, totalmente, el golpe de Estado con las elecciones. El golpe estaba previsto desde hace meses, fue una progresión«.

El golpe estaba previsto desde hace meses, fue una progresión

Al consultarle sobre la relación de EE.UU con la región latinoamericana, Bilsky explicó que «se suele decir que EE.UU con la administración Trump, vuelve a la región, pero es como esa frase que dice uno vuelve de donde nunca se fue, es decir, vuelve de otra manera. A la administración Obama se la tachaba de haberse olvidado de América Latina y esto fue una bendición. Para la región es lo mejor que le puede pasar, que el Imperio se olvide de América Latina. Obama se ocupaba más de medio Oriente, de otras regiones, pero nunca se fueron de aquí».

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«Lo que pasa, es que ahora lo que hay es una reivindicación explícita de que vuelve la doctrina Monroe, que es la que considera a América Latina el patio trasero de Estados Unidos, para que no intenten competir o poner un pie en la región países de la unión europea, China y Rusia, que son como los grandes enemigos que están en guerra comercial con los EE.UU. Y en ese marco, ellos deciden cuáles son los gobiernos que tienen que ser derrocados: Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia; y está tan claro como una declaración desde el Congreso. Hay muchos legisladores que se pronuncian, como contra Venezuela», aseveró el periodista y escritor.

 

Sobre la diferencia entre la situación de Venezuela y Bolivia, mencionó: «Primero tienen en la mira a Venezuela. La diferencia con Bolivia, es que el ejército de Venezuela responde y además hay entre dos y tres millones de milicianos armados y entrenados. Evo Morales fue traicionado por las Fuerzas de Seguridad, cosa que no pasa en Venezuela por eso no se le animan. Diosdado Cabello, luego del golpe en Bolivia, dijo ‘los estamos esperando, si se les ocurre venir, no hay problema, los estamos esperando’.

Y concluyó: «En el caso de Bolivia esta el litio. Bolivia tiene el 70% de litio del mundo, además de petroleo y gas. Argentina tiene muchos recursos naturales, y por sobre todo tiene agua, y EE.UU en poco tiempo va a salir a buscar agua, porque se está quedando sin agua potable porque sus ríos están completamente contaminados, sobre todo desde la gestión Trump. Entonces los recursos naturales, junto con cuestiones geopolíticas y estratégicas, es lo que convierte a latinoamérica en este momento en un territorio en disputa con un fuerte giro a la derecha».