Silvia y Alejandro Trivisonno, padres de Antonella, la niña fallecida en un accidente en Rosario el 29 de agosto de 1999 y y cuyos órganos fueron donados por decisión de la familia, promovieron y formaron parte de una actividad en la que siete instituciones sin fines de lucro vinculadas a la salud exhibieron su tarea, en la plaza de la Donación, en el parque Scalabrini Ortíz, ubicada en la zona de Mongsfeld y rotonda Gualberto Venesia.

 

En diálogo con Conclusión, expresaron: «Esta plaza fue pedida en el 2002. La misma simboliza a la solidaridad y la donación, la de todos los días, no solo la de órganos. Hace ocho años comenzamos a trabajar con Planeamiento la idea de poder visibilizar el sendero, poniéndole frases. Lo que queremos es que quienes transiten por acá se conecten con el lugar, qué significa”.

“La idea fue visibilizar a las instituciones. Antonella hubiera cumplido 30 años el 2 de octubre, entonces planteamos que aquellas que tienen mucho tiempo de trabajo en la ciudad, que no se las ve, puedan tener su espacio. Acá va a ser distinto”, manifestaron.

“Iniciamos este camino con siete instituciones, queremos que el año que viene se sigan sumando. Tiene que ver con organizaciones que en septiembre y octubre han tenido el año internacional, y algunas son del año 1940. Para nosotros es una emoción poder transitar este camino juntos”, dijeron.

“La donación de órganos mejora la calidad de vida de un paciente, pero la donación de vida mejora la calidad del otro y la mía. Desde ese lugar insistimos para poder juntarnos, hacer muchas cosas, no solo por el bien del otro, sino por el propio”, sostuvieron.

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“No ha sido un camino, es un trayecto. Al principio uno estaba solo, después se fue sumando gente, creemos que esto simboliza este acto. La idea es que se sumen todas las instituciones y estemos más juntos. Hay un caudal de amor que aportan cada una de ellas y cada familia particular a una actividad social, por un problema de algún ser querido”, reflexionaron.