Por Federico Morel

En momentos difíciles o angustiantes, muchas veces, por costumbre o por compulsión, buscamos confiar en aquello que anhelamos pero que aún no vemos, como si de alguna manera supiéramos que va a suceder.

Así como cuando las copas de los árboles son agitadas en una tormenta y aunque no lo veamos sabemos que es el viento quien con su fuerza produce ese vaivén, la fe puede llegar a «mover montañas». Y en ese proceso de credulidad en aquello que no se ve, resurge la esperanza en el momento menos pensado.

Si bien se le da a la fe un significado religioso, son muchas las personas que acuden a ella en los momentos más tensos o dolorosos de la vida y encuentran, no solo un refugio, sino una manera de aferrarse a la vida.

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El caso de la familia de Quila, la mascota que estuvo extraviada durante 51 días, es un caso puntual de que la fe y la acción convertida en esperanza, pudo sostener a una familia que busco por tierra y redes al animal que aman, y con este sentimiento como bandera, lograron encontrarla en el momento menos pensado.

Conclusión le preguntó, en primera instancia, a Nacho cómo fue el encuentro con Quila, a lo que el joven contó que están muy contentos ya que «después de 51 días de tensiones constantes, de recorrer zonas por todos lados, comentarios de que habían visto un perro parecido y demás. Tuvimos un mensaje hace unos 20, 25 días de que habían visto un perro parecido por la zona donde al final la encontramos, pero nunca vimos ese perro parecido, fue un perro más de entre todos los que nos mandaban. Otra vez esta semana que pasó, nos volvieron a comunicar que había un perro parecido, fuimos y no lo encontramos. El sábado a la noche nos mandaron que había visto la perra, y fueron mis papás el domingo y estuvieron 40 minutos y parecía que no íbamos a encontrar nada».

 

«Cuando mi papá empieza a volver hacia el auto, paralelo a la vía, le pasa corriendo por la espalda y empieza a girar sobre su propio eje y salta, juega, mi papá la alza y empieza a caminar para donde estaba mi mamá y cuando se iba acercando a mi mamá, mi papá cuenta que el latido de la perra era cada vez más fuerte», agregó el dueño de Quila.

El joven emocionado no deja de agradecer a quienes ayudaron a que este encuentro se produzca: «Estamos infinitamente agradecido a todos, la gente que nos ayudó desde el día uno buscándola y a todas las personas que nos ayudaron difundiendo«.

Al consultarle a Nacho sobre el rol de la fe en este proceso angustiante al que se vio expuesto junto a su familia, expresó: «La fe que profesamos nos ha enseñado que nunca hay que perder la esperanza y perseverar. En continuación con eso, un técnico de futbol siempre decía que el que abandona no tiene premio. Son todas coas que realmente ayudan a sostenerse, nosotros nos sostenemos por la fe y la gente nunca nos dejó bajar los brazos».

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«Yo particularmente, soy responsable de la Peregrinación a San Nicolás, y ella se perdió el 7 de octubre, el día de la Virgen. Yo estaba por dejar la coordinación para darle el lugar a otra persona, pero le hice una promesa, que si Quila aparecía, el año que viene iba a coordinar de nuevo la peregrinación, así que el año que viene nos volveremos a encontrar. La fe y la esperanza siempre nos mantuvieron creyendo que ella podía aparecer. Creo que eso no es solamente para la búsqueda de una mascota sino también para todo lo que hay que afrontar en la vida», definió.

Por su parte Mercedes, la «mamá» de Quila, contó en relación a la fe que profesa, que «el primer día que se perdió le rezamos obvio a Jesús, pero también a San Roque, a San Francisco de Asís, y bueno el día que apareció era el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa. Le pedimos especialmente que nos hiciera este milagro y no podía fallar. Es más, la semana anterior estuvimos en Buenos Aires y el hotel donde estábamos quedaba a media cuadra del santuario de San Expedito. Así que el domingo cuando fuimos a misa, le pedimos y se ve que los santos y sobre todo la Virgen no podían fallarnos».

 

Al preguntarle a la mujer sobre el sentimiento que tiene hacia la mascota, expresó: «Tengo una conexión y ella tiene una conexión conmigo. Se ve que, como ella sufrió mucho el abandono, yo quise darle todo el cariño y ella me retribuye. Es la mimada y ahora es más todavía. Haberla perdido y ahora recuperarla es un sentimiento muy grande que tengo».

En medio de la alegría por el reencuentro y aprovechando el apoyo de la comunidad en las redes sociales que la familia de Quila puso a disposición para recibir información sobre la búsqueda, Nacho anticipó que las cuentas en las redes seguirán siendo utilizadas para próximas búsquedas de animales perdidos.

«En realidad en el medio de la búsqueda empezamos a ver cómo la gente nos acompañaba, estábamos convencidos de que ella tenía que aparecer y que esto tenía que continuar. Nos dimos cuenta que no había lugares destinados a la búsqueda, tanto de animales perdidos como personas que los encuentran y están buscando a sus dueños. Le pedimos a gente que no nos dejen de seguir porque queremos con toda la experiencia que tenemos y la manera de difundirlo, queremos devolver un poco del cariño y el amo y la fuerza que nos ha dado la gente y que también seguramente puedan necesitar de esto y ahí vamos a estar para ayudarlos», concluyó el joven.

 

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