Por Gisela Gentile

 

Que tiemble el Estado, los cielos, las calles

Que tiemblen los jueces y los judiciales

Hoy a las mujeres nos quitan la calma

Nos sembraron miedo, nos crecieron alas

 

A cada minuto, de cada semana

Nos roban amigas, nos matan hermanas

Destrozan sus cuerpos, los desaparecen

No olvide sus nombres, por favor, señor presidente

 

Por todas las compas marchando en Reforma

Por todas las morras peleando en Sonora

Por las comandantas luchando por Chiapas

Por todas las madres buscando en Tijuana

 

Cantamos sin miedo, pedimos justicia

Gritamos por cada desaparecida

Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas!

¡Que caiga con fuerza el feminicida!

 

Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo

Si un día algún fulano te apaga los ojos

Ya nada me calla, ya todo me sobra

Si tocan a una, respondemos todas

 

Soy Claudia, soy Esther y soy Teresa

Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria

Soy la niña que subiste por la fuerza

Soy la madre que ahora llora por sus muertas

Y soy esta que te hará pagar las cuentas

 

¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!

                                                             Fragmento de “Canción Sin miedo” de Vivir Quintana

 

 

La violencia contra las mujeres es una expresión de poder y dominio de género. Cientos de miles de mujeres sufren violencia a diario y muchas de ellas mueren en el intento de salir de un círculo de furia patriarcal que acaba con ellas.

Cómo no estremecerse y sentir que el corazón explota de rabia cuando escuchamos a esas mujeres cantar la canción “sin miedo” que expresa ese fuego que nos moviliza para salir a las calles a reclamar la emergencia en violencia de género, porque nos matan a cada minuto por ser mujeres.

En los dos primeros meses de 2021 se perpetraron 47 femicidios, lo que equivale a una mujer asesinada cada 30 horas según la información brindada por la organización MuMalá-Mujeres de la Matria Latinoamericana.

A esta escalofriante y fría cifra, se le suma que el 17 % de los femicidios fue perpetrado por integrantes de las fuerzas de seguridad, aumentando un 5% respecto a lo registrado en el mes de enero. Por otra parte, el 29% de las víctimas había denunciado a su agresor, lo que significó una suba del 9% con respecto al mes pasado; el 19% tenía orden de restricción de contacto o perimetral y sólo el 4% disponía botón antipánico.

En este contexto y con un nuevo Paro Internacional de Mujeres (8M) que se aproxima, hoy se estará inaugurando “La casa de lxs mujeres”, a las 19 en calle Buenos Aires 1038. Por la pandemia se realizará dicha apertura respetando el distanciamiento y bajo los protocolos existentes.

Esta necesaria casa tendrá como objetivo convocar, si bien ya existen otras iniciativas similares, este nuevo espacio cobrará vida y servirá de sostén en una sociedad en donde el Estado es cómplice por no implementar políticas reales sobre la violencia hacia las mujeres.

Si bien cuando existe violencia, el asesoramiento es importante, lo que necesitan muchas de esas mujeres es encontrase con otras, tejer redes para de esa manera poder construir en conjunto estrategias. En este contexto, Conclusión dialogó con Laura Delmonte, quien forma parte de la organización amas de casas del país y es parte de la Campaña por la Emergencia en Violencia hacia las Mujeres.

A horas de un nuevo Paro Internacional de Mujeres que nos encontrará nuevamente en las calles de todo el país, Delmonte realizó una contextualización del camino recorrido y de la necesidad de políticas reales al respecto. “En el camino de los Encuentros Nacionales de Mujeres fuimos siendo cada vez más, registrando notoriamente que cada año teníamos más talleres que tenían que ver con la violencia hacia las mujeres, para luego avanzar sobre los femicidios”.

El punto de inflexión del “Ni una menos” acrecentó aún más los pedidos que se venían sosteniendo hace años. “Con desesperación plantamos bandera luego del asesinato de Chiara Páez en la provincia de Santa Fe. Fue así que distintas organizaciones nos fuimos juntando para pedir la Ley de Emergencia Nacional en Violencia, que en muchas provincias y ciudades se concretó, pero a su vez no logramos implementarla. Como bien dice el dicho, hecha la ley, hecha la trampa”.

Rosario fue una de las primeras ciudades que contó con dicha Ley, pero su implementación deja mucho que desear. “No se puso un peso para subsidiar el tema de la emergencia, por ello avanzamos en la declaratoria de emergencia, pero tampoco prosperó, por eso avanzamos en que exista decisión política para implementar un estado de emergencia hacia las mujeres, con todo lo que implica”.

Cuando una mujer es violentada, todo a su alrededor se derrumba, se rompen lazos afectivos, la soledad gana terreno y el sustento económico hace que muchas mujeres resistan en sus hogares por no tener dónde ir, o qué hacer. “Necesitamos que se subsidie o se le otorgue trabajo inmediato a las mujeres que se separan y no tienen como mantener a sus pibes. En ese camino es necesario que tengan una vivienda digna, con la titularidad de la mujer de dichos terrenos, protección inmediata y efectiva para las mujeres que realizan una denuncia. No puede quedar sólo en un papel y que no ocurra nada”.

La implementación real de las Leyes Micaela y Brisa sería de gran ayuda, “cuando hablamos de la implementación efectiva en dinero, podemos decir que para lo que concierne a la Ley Brisa, el 90% de los hijos e hijas de madres asesinadas por femicidios no está cobrando el subsidio que le corresponde por ley. Las mujeres hemos realizado leyes hermosas y necesitamos que se efectivicen y para eso es necesario que se aborde políticamente el problema de la emergencia”.

En este marco y con la bandera de los derechos de las mujeres en alto, surge el proyecto de La Casa de la Mujer. “En el marco de todo lo que fuimos viviendo y experimentando, se gesta la idea de esta casa como lugar físico, siendo una necesidad de las mujeres y principalmente de muchas jóvenes que se han ido acercando a los lugares en donde poníamos los puestos de la Campaña de los pañuelos fucsias de la Emergencia. Mujeres de todas las edades nos contactaban para comentarnos las situaciones de violencia que vivían, era necesario un espacio concreto en donde las mujeres sepan que pueden recurrir para hablar con otras. Más allá de asesorarse individualmente, la idea es que puedan hablar con otras, que exista un punto de encuentro y por sobre todas las cosas, que se sientan acompañadas”, concluyó.

 

El mail de la emergencia al cual se las puede contactar por si necesitan ir personas a la casa es: [email protected] – En los días siguientes también estarán publicando en las redes sociales de la Campaña, horarios y las primeras actividades que se van a desarrollar en la Casa.