El Gobierno de la provincia de Santa Fe explora por estas horas la posibilidad de habilitar más actividades en el Gran Rosario y Gran Santa Fe, ante una economía devastada por la recesión y la pandemia.

Previa autorización del Ejecutivo nacional, volvería a funcionar como actividad exceptuada el servicio doméstico, a la vez que se busca propiciar la implementación de un sistema para que los comercios puedan vender productos a pedido, con retiro en el local.

Se trata del método “take away” (tomar y llevar) con el que se busca darle dinamismo a un comercio que no logra repuntar a pesar de la “reapertura progresiva” de las últimas semanas.

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Según dijeron en los últimos días a Conclusión desde la Came, el techo de ventas no supera en ningún caso el 30% en la ciudad de Rosario, con algunos que facturan en torno al 10%. A nivel nacional, los números de la entidad marcan la facturación se desplomó un 80%.

Santa Fe autorizó hoy una ampliación en la cantidad de operarios que pueden trabajar en obras privadas de construcción, que se elevó de cinco a diez, y exceptuó del aislamiento a empleadas domésticas, habilitación que no incluye a las áreas de Gran Santa Fe y Gran Rosario.

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En ese sentido, se aguardan definiciones de gobernador en las próximas horas. También se habla de autorizaciones para locales gastronómicos a vender comida para llevar, lo que alcanzaría a clubes y asociaciones en torno a tareas administrativas.

Días atrás, en el resto de la provincia había quedado autorizada autorizada «la actividad laboral de las empleadas de casas particulares», aunque se aclara que se permitirá la labor de quienes accedan a «traslado sin uso del transporte público» e indica que se deben cumplir las medidas sanitarias y el distanciamiento.