Ideas innovadoras. Esta mañana fue la apertura del 5° Laboratorio de Innovación Ciudadana que se desarrollará del 9 al 21 de corriente en la ciudad de Rosario. Se trata de espacios creados para sistematizar y acelerar esas innovaciones espontáneas que surgen desde los ciudadanos, que transforman comunidades y tienen potencial de replicarse en otras ciudades. Espacios que permiten simultáneamente la experimentación, el aprendizaje y el prototipado de soluciones o propuestas, desde una perspectiva colaborativa, no competitiva.

En la ocasión es organizado por Santalab, el Laboratorio de Innovación Ciudadana de la provincia de Santa Fe y la Secretaría General Iberoamericana, con el apoyo técnico del LabGobAr, del Ministerio de Modernización de la Nación Argentina. Participarán más de 100 ciudadanas y ciudadanos de 55 ciudades de 16 países con el objetivo de desarrollar en forma colaborativa 10 proyectos para lograr “Ciudades y Comunidades Sostenibles” respondiendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles propuestos por Naciones Unidas.

En diálogo con Conclusión, el subsecretario de Innovación pública de Santa Fe, Diego Gismondi, detalló: «Se presentaron más de 300 proyectos, se han seleccionado diez con los cuales trabajaremos y la idea es que en el último día podamos llegar con un prototipo tangible de ese proyecto. Una vez que estén aprobados el gobierno provincial va a acompañar y apadrinar estos proyectos que son para Rosario, para la provincia y el mundo».

«Están participando 23 países, más de 80 ciudades de todo el mundo. Se ha tenido en cuenta las cuestiones de raza y de género; es decir, hay tanta cantidad de varones que de mujeres, personas con discapacidad, totalmente abierto a todos», agregó.

A su turno, Pablo Pascale de la secretaria general de innovación Iberoamericana(Segib) expresó: «Estamos en Argentina por primera vez. Hay más de 15 países y a final de estos 12 días vamos a tener 10 proyectos desarrollados que apuntan a beneficiar a poblaciones y comunidades locales y de toda iberoamérica. Estos proyectos nosotros los denominados de código abierto, quiere decir que compartimos todo el conocimiento para que cualquiera pueda replicarlo en cualquier país adaptándolo obviamente a su comunidad».

Y subrayó: «Nosotros trabajamos por el bien común; por ejemplo hay uno de los proyectos de un chico mexicano que está trabajando sobre una silla de bipedestación para niños con parálisis cerebral que ayuda a mejorar su calidad de vida y además tiene un costo mucho menor al que la venden en el mercado».

Otro de los proyectos seleccionados es el de Mujeres Qom empoderadas. «Nuestro proyecto surgió como una iniciativa que venimos realizando hace un año con un grupo de voluntarias y con artesanos de la comunidad Qom de Santa Fe que trabaja sobre la recuperación de sus saberes ancestrales bajo el trabajo en hoja de palma y empezamos un proceso de construcción de un espacio colectivo para mujeres para que puedan comercializar sus artesanías», contó Noelia Carrizo, una de las representantes.

La variedad y la innovación abunda. Renato Frosch integra un equipo formado por personas de distintos países, cuyo proyecto de basa en realizar  impresiones 3D personas con discapacidad visual. «Se trata de una impresora para la producción de material científico de distintas áreas», contó.