En el día de hoy integrantes del Área de Psicología del Tránsito del Colegio de Psicólogos y del Instituto de Derecho Vial y de Transporte del Colegio de Abogados de Rosario junto con las organizaciones no gubernamentales Conciencia al Volante y Padres en la Ruta y Mariana Elizondo, quien es la responsable en la zona del control de los alcoholímetros por parte del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) se reunieron hoy en la Comisión de Gobierno del Concejo para exponer sus punos de vista con respecto al proyecto de alcohol cero al volante.

La serie de intervenciones fue abierta por dos integrantes del Área de Psicología del Tránsito del Colegio de Psicólogos, quienes leyeron un texto en el que hicieron alusión a cuestiones tales como conductas, ley y los aspectos relacionados a los actos que llevan al cambio de conducta. Los mismos expresaron su apoyo a la iniciativa y en cuanto a los exámenes psicofísicos para la obtención del carné de conducir, consideraron que se los “desaprovecha” desde el propio estado.

En tanto por el Instituto de Derecho Vial y de Transporte del Colegio de Abogados expuso su presidenta, Marta M. Alvarez, quien precisó que trabajaron en un dictámen sobre el tema y sostuvo: “Para nosotros hay una colisión entre la ordenanza propuesta y la ley nacional, obstáculo que debemos ver sí o sí, sino habrá ciudadanos de primera, de segunda, de tercera”.

Aludió asimismo a la posibilidad de “un efecto confiscatorio” por el alto valor de las multas que se proponen y recordó que la norma nacional habla también de “otras sustancias, no solo de alcohol”. De igual modo hizo referencia a lo que consideró como una  “gran carencia de los estados nacional, provincial y municipal, la educación”, por lo que insistió en la necesidad de trabajar en esta cuestión.

Por su parte Fernando Cutuli, de Conciencia al Volante, preguntó, a partir de los dichos de la integrantes del Colegio de Abogados, “si a una persona se lo para, lo concientizamos y dejamos que siga” y cuestionó tal posibilidad. Mientras que Oscar Farrugia, de Padres en la Ruta, consignó: “No me quedó claro qué es lo que no se puede controlar, el alcohol cero, entonces en los controles a conductores profesionales qué se hace” e insistió “cómo que no se puede, entonces qué estuvimos controlando”.

Finalmente, Mariana Elizondo, del Inti, enfatizó que “no es cierto que los equipos no den 0” y explicó que “el cero se mide”. En tal sentido destacó que para controlar los equipos “se mide no un 0 sino diez ceros”, de igual modo indicó que “no dan falsos positivos” y ante una consulta sobre la cantidad de equipos para control con que cuenta la Municipalidad de Rosario, destacó que son 5 y que las verificaciones de los mismos se realizan cada 6 meses y  aclaró que en caso de una manipulación de los mismos, en los controles ello se advierte.

El proyecto

El proyecto de tolerancia cero de alcohol al volante fue impulsado por organizaciones dedicadas a la educación vial y avanza a paso firme en el Concejo Municipal. Y si bien todavía no ha sido debatido en el recinto existe consenso entre los ediles para su aprobación. Aunque antes, habrá debate entre las bancas.

La iniciativa tuvo despacho de la comisión de Obras Públicas el 7 de julio y fue girada a Gobierno para su análisis, ya que se deben modificar multas, sanciones y montos a quienes infrijan la futura norma.  “Hay consenso en general, y mayoritario en cuanto a trabajar alrededor del tema”, destacó uno de los fogoneros de la iniciativa, el radical frentista Sebastián Chale.

La propuesta de Compromiso Vial fija sanciones educativas y endurecimiento de los montos para los niveles elevados de alcoholemia.   La actual ordenanza admite un máximo de 0,50 miligramo para conducir y será reemplazada por la prohibición total para quienes conducen cualquier tipo de vehículo, y luego declarar a Rosario “libre de alcohol al volante”.

Para ello será necesario modificar el Código de Faltas y sancionar un esquema progresivo, aunque con penas muy duras para niveles excesivos. Cuando el índice de intoxicación sea de 0,01 a 0,3 miligramo, habrá como multa cursos obligatorios de reflexión y revisión de conductas y, a partir de los 0,3, empiezan las sanciones pecuniarias y días de inhabilitación.

De 150 a 300 Unidades Fijas UF (equivalentes a un litro de nafta súper), cuando los valores oscilen de 0,5 a 0,75 miligramo más 30 a 45 días de inhabilitación y revisión de conducta no menor a 12 horas. Y también habrá sanciones de 300 a 450 UF, además de inhabilitación de 45 a 60 días, para quien conduzca con 0,75 a 1 gramo de alcohol.

En tanto, se prevé el pago de 450 a 600 UF, aparte de inhabilitación de 60 a 75 días, cuando el índice de intoxicación alcohólica comprobada sea de 1 a 1,50 gramo; y de 600 a 750 UF e inhabilitación de seis meses a un año para los casos extremos de 1,50 o más gramo, aparte de revisión de conducta no menor a 20 horas.

Quienes conduzcan bajo efectos de estupefacientes, tendrán multas de 150 a 300 UF. Con lo recaudado, se creará un Fondo de Lucha contra el Alcohol al Volante.

De entrada la propuesta despertó una fuerte resistencia por parte de los propietarios de bares, restaurantes y boliches, que salieron al cruce advirtiendo las consecuencias negativas que podría generar su aprobación. Como argumentos barajaron que una ordenanza de esas características terminará «fundiendo» sus locales y alentará a los jóvenes a salir a localidades cercanas con parámetros más permisivos, lo que aumentará los riesgos viales.