Por Guido Brunet
La situación en los hospitales y sanatorios es crítica. Con el avance de la segunda ola, desde hace un mes los casos se han incrementado fenomenalmente, arrojando cifras diarias que se han acercado a los treinta mil en el país, y dos mil en la provincia. De hecho los últimos datos hablan de 1.911 contagios en Santa Fe y 599 en Rosario.
En este contexto, el sistema de salud provincial se encuentra al borde de la saturación, con camas tanto generales como de terapia intensiva ocupadas casi en su totalidad. En Rosario la ocupación de camas críticas del sector público se encuentra en el 89% y las generales en el 94%.
En medio de este escenario, el personal de salud trabaja a destajo para lograr atender la gran cantidad de pacientes que deben ser hospitalizados. Agotados, tensionados, estresados son algunas de las palabras que utilizan para definir su situación actual.
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Pero a esas palabras hay que sumarle otra: precarizados. Ya que desde la Asociación de Trabajadores del Estado seccional Rosario reclaman que muchos se encuentran en condiciones de informalidad laboral y con salarios que no alcanzan a cubrir la canasta básica. Por ello, este viernes los trabajadores realizaron un reclamo con carteles en la puerta del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria.
En ese nosocomio días atrás anunció la apertura de un dispositivo de asistencia psicológica para enfermeros que atienden pacientes con coronavirus, debido a las muestras de cansancio tanto físico como mental que evidenciaban los profesionales.
Primero se implementó una línea telefónica, que no tuvo los resultados esperados. Por eso los propios enfermeros del modular -hospital de campaña instalado detrás del Eva Perón por la provincia para la atención de casos Covid- presentaron el pedido de la creación de un espacio de contención, junto con otros reclamos. Sin embargo, los trabajadores advierten que hasta el momento el grupo no se encuentra en funcionamiento.
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Vanesa Blanco, enfermera en el hospital Eva Perón, expresó su situación y la de sus compañeros en diálogo con Conclusión: “Hay un gran agotamiento. Es imposible sostener este ritmo de trabajo con semejante presión durante tanto tiempo. Las secuelas de todo esto la vamos a vivir más adelante. Todavía estamos subidos a la montaña rusa, pero vamos a tener consecuencias descomunales”.
Falta de personal
El Gobierno de la provincia de Santa Fe construyó el año pasado un hospital modular en los terrenos del viejo hospital-escuela Eva Perón de Granadero Baigorria con el objetivo de ampliar la atención de pacientes con Covid-19.
En dicho nosocomio actualmente hay 76 camas, 24 críticas y 56 generales, pero “la situación es crítica, las camas de terapia y generales están en ocupación permanente en un 95-100 por ciento”, detalló Blanco.
La enfermera, que también forma parte de la junta interna de ATE en el hospital, mencionó que “el Gobierno ha invertido mucha plata en cuestiones estructurales como maquinaria, modulares, camas pero no en las condiciones de trabajo del personal de salud”.
“El gran problema que tenemos es la falta de personal capacitado, porque lleva mucho tiempo la formación de un profesional capacitado. El faltante de personal es enorme”, remarcó.
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“Los trabajadores del hospital están muy molestos con esta situación. Hay más camas pero el personal sigue siendo muy escaso para la cantidad de pacientes que hay. Nosotros hicimos un cálculo y concluimos que faltan unos treinta enfermeros como mínimo”, comentó Blanco.
“La cuestión del recurso humano y las condiciones de trabajo una vez más fue dejado de lado. El problema fundamental es el de pase a planta y los sueldos nuestros, que hoy está por debajo de la línea de pobreza”, reclamó Blanco. Por la falta de formalidad, la representante de los trabajadores denunció que “no tienen obra social, se pagan bonos en negro y nos descuentan si faltamos porque nos contagiamos”.
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“Hay muchos enfermeros que están con doble empleo. La persona que trabaja en el sector público y el privado elige el privado porque gana más plata. Entonces necesitamos que los enfermeros puedan vivir de un solo trabajo para poder priorizar de otra manera su actividad. No es lo mismo trabajar seis horas en un área crítica que doce”, enfatizó sobre el agotamiento que viven los enfermeros y médicos.
En medio una cruenta segunda ola, los profesionales de la salud, muchos de ellos precarizados, sin obra social y con salarios por debajo de la línea de la pobreza, trabajan sin descanso para intentar salvar la vida de la gente. Esta segunda ola de coronavirus en la provincia tiene a un sistema de salud y sus trabajadores, al borde del colapso.
