Fotos: Sebastián Moreno

Vecinos de San Martín A cortaron la calle y reclaman que la vecinal atienda los problemas de inseguridad, transporte y reparto de alimentos del barrio.

Los habitantes del barrio, en la zona sur de Rosario (Battle y Ordoñey y Paraguay) se autoconvocaron en la puerta de la vecinal para exigirle a sus autoridades acciones en pos de mejorar la situación del barrio, ya que argumentan que la institución no realiza los reclamos correspondientes a las autoridades municipales ni llama a reuniones con los propios vecinos.

 

Con los cambios en el sistema de transporte impuestos por la Municipalidad de Rosario, el barrio pierde la línea 138, que se fusiona con el 115 y el 139. Además de que el 143 se unifica con 136 y 137.

«Va a haber menos frecuencia, lo cual significa mayor peligro por la inseguridad. Nunca nos convocaron para que aportemos ideas», le reclamó Juan Alcaraz, uno de los vecinos del lugar, a la vecinal, en diálogo con Conclusión.

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La vecinal tampoco le quiere cobrar a los vecinos la cuota ni quiere convocar a reuniones, dicen los vecinos. «Lo que se pretende es que haya mayor participación. Si no, se efectuarán pedidos de reuniones al intendente para mejorar el tema del transporte», avisaron.

 

Uno de los principales reclamos por parte de los vecinos tiene que ver con la inseguridad en la zona. Una mujer contó que en el último año quisieron robarle en cinco oportunidades con un arma de fuego, al tiempo que destacan que la escasa iluminación en el barrio, lo que facilita el accionar a los delincuentes.

 

Además, reclaman que no se reparten los alimentos que envían desde Municipalidad y Provincia. «En Ayacucho y el puente están cobrando 500 pesos por el bolsón», denunció una vecina.

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«Esta vecinal está cerrada para el barrio», remarcó una mujer del barrio. «En lugar de obtener respuestas, arrancaban los carteles que pegamos en el barrio. Es una pena porque se supone que la vecinal tiene que estar abierta a los vecinos».

«Estamos muy desprotegidos por la inseguridad. Tenemos que caminar unas cincos cuadras por lugares donde no hay nadie«, cerró otra vecina.