Vecinos de Superí y Maza, en la zona norte de la ciudad, se reunieron para reclamar por más presencia policial y seguridad entendida como un conjunto de prestaciones básicas que hacen a un lugar seguro, entre ellas, la falta de luz tras robos de cables, como también del alumbrado público en una plaza emblemática de la zona como lo es la Santos Dumont.

Abandono del barrio y falta de presencia son los principales reclamos de los habitantes del barrio.

“La situación está terrible, la Policía no está. Estamos a la buena de Dios”, señaló un vecino a Conclusión, y agregó: “Ellos (por los delincuentes) vienen  con mucho tiempo y mucha experiencia y se suben a los pilare que inclusive están protegidos con pinches para que no se suban y lo hacen igual”.

Así, siguió contando el vecino, cortan los cables y los dejan sin luz y cámaras: “Son los pocos recursos técnicos que tenemos y no podemos usarlos”.

En cuanto al hartazgo que sienten, aseguraron que no quieren que los lastimen y tampoco lastimar a nadie.

“Me dolería mucho si tuviera la necesidad de lastimar a alguien, como a todos los seres humanos que no queremos lastimarnos, pero no queremos que nos lastimen”, insistió el hombre.

Y reflexionó que “la culpa del robo no la tiene el nivel de pobreza o indigencia” y que “los ladrones fueron siempre ladrones y seguirán siendo ladrones”.

Horarios, inteligencia y robos

“Esta gente elige los horarios. Entre la una y las cinco de la tarde, aunque ahora roban a cualquier hora. Los vemos por las cámaras, que ellos saben a dónde están, y entonces las inutilizan o no pasan cerca para que no se les pueda ver las caras”, agregó.

Presencia policial

En cuanto a la presencia policial los vecinos dijeron que “eventualmente pasa algún patrullero, pero no son las cuadrículas que había antes”y agregó que “por más cuadrículas que haya los ladrones vana tras del patrullero”.

La Plaza Santos Dumont

“La plaza es un abandono, no solamente por la suciedad y demás, sino que no tiene luz desde hace más de un mes. No sabemos si es la misma gente que se va a esconder ahí y corta la luz, o la EPE que se tiene que hacer cargo y no lo hace. No se puede caminar por la plaza”, aseguró una vecina.

La mujer dijo, además, de que intentan no transitar por la plaza ni estar en la calle a partir de determinada hora.

“Los robos son constante: nos robaron los caños del agua, las ruedas del auto, hasta el caño del gas. Es como que ya no tienen más que robarnos y vamos invirtiendo en seguridad. Tengo un nene chiquito que no lo puedo llevar a la calle porque es un desastre”, aseguró y dijo que ella vuelve de trabajar a las nueve de la noche “con el corazón en la boca” y además que suele dejar el auto estacionado en la calle por temor a ser víctima de una entradera cuando lo guarda en la cochera.

En inmediaciones de la zona hay una escuela. Otro de los vecinos contó que las maestras estacionan sus autos frente a la institución educativa y al menos una vez a la semana les roban las baterías de los autos.