Por Alejandro Maidana

La contaminación a través de químicos que se desprenden de diferentes cultivos no conoce de límite alguno. Sabido es que no sólo aquellos pueblos o pequeñas ciudades linderas a campos, son las que deben soportar el aquelarre de la fumigación, Rosario también está inmersa en esa problemática.

Lo que hasta no hacen mucho tiempo era desoído por el Estado y la mayoría de la población, se ha transformado en una realidad demoledora  que brota por los poros de los damnificados.

Alertados por todo lo antes mencionado, vecinos del sureste de la ciudad renovaron su alerta y la organización en asambleas. Vacca (Vecinos autoconvocados contra la contaminación agrotóxica) es una agrupación que busca ponerle freno al veneno que llega por el aire.

Barrios como La Sexta, Tablada, Echeverría, Villa Manuelita, Universitario, Municipal, y otros, son los  afectados desde hace algunos meses por  una “llovizna” de polvillo y cascarillas de cereal (en general de tono rojizo) que inundan patios, terrazas y calles. Ante este renovado escenario, Conclusión dialogó con Luis Cuello, vecino e integrante de Vacca que dijo “Este residuo que vuela por el aire es producto de la carga de cereal en las unidades portuarias VI y VII y suponemos es de gran toxicidad.”

El viento juega un papel preponderante a la hora de esparcir el expeller de soja (cascarillas), una situación que conlleva un riesgo notable para todos los moradores de la zona. Cabe destacar que existe un fallo judicial que condena a esta misma empresa (Servicios Portuarios) por la contaminación que provocaba con silos similares en Barrio Refinería.

Con respecto a la calidad de vida de los vecinos, Cuello sostuvo: “Esta nube tóxica que varía según la intensidad y dirección de los vientos ocasiona serios problemas en nuestra salud. Los más comunes son irritación de ojos, piel y mucosas, alergias, entre otras.  Es tan invasiva que cubre calles, se pega en la ropa y el pelo, estamos muy preocupados por la desidia del privado y la complicidad del estado.”

El número que proviene desde la misma empresa es impactante, más de 180 camiones diariamente descargan unas 230.000 toneladas de cereales. Los mismos llegan con un coctel de químicos más que importante, y una verdadera bomba ambiental, la fosfina.

A sabiendas que deben dar una pelea desigual, los integrantes de Vacca convocaron a diferentes gremios para tratar de que el compromiso asumido se consolide. Muchas escuelas de la zona se ven afectadas por este flagelo, debido a esto Amsafe Rosario representado por Daniela Vergara (secretaria de DDHH) dijo presente “Este problema está afectando a muchas instituciones de la zona sur de nuestra ciudad, hemos contemplado el impacto que tienen las cascarillas que llegan desde el aire en las mismas.”

En torno a las responsabilidades y a los pasos a seguir expresó “Denunciamos la connivencia del privado con el estado municipal, provincial y nacional. La calidad de vida como derecho humano de los vecinos, y por ende de nuestros compañeros y alumnos debe estar asegurada, como gremio vamos a apoyar la lucha.”

Si bien existen denuncias concretas apoyadas por facultativos médicos, la respuesta aún se hace esperar “Sabemos que pelear contra los agronegocios no es una tarea fácil, pero diferentes gremios nos hemos puesto a disposición para tratar de colaborar en la concientización, pero por sobre todo con la acción” decía Vergara.