Por Alejandro Maidana

Alertados por la contaminación atmosférica que produce el polvillo en suspensión, vecinos del sureste de la ciudad renovaron su resistencia y convocan a una reunión el  sábado 14 de abril  a las 10.30 en la parroquia Nuestra Señora de Fátima (Guiraldes 500 bis).

Vacca (Vecinos autoconvocados contra la contaminación agrotóxica) es una agrupación que busca ponerle freno al veneno que llega por el aire de una manera muy explícita poniendo en jaque la calidad de vida de muchos habitantes de ese sector de la ciudad.

Si bien los controles llevados adelante por Medio Ambiente son concretos (acercamos documentación que así lo afirma), la problemática sigue su curso firme y sin ánimo alguno de torcer su rumbo. El Ministerio le solicita a Servicios Portuarios varios planes, entre ellos el de monitoreo de la calidad de aire. Pero, ¿puede una empresa controlarse a sí misma? ¿No debería ser el Estado quién lo haga con herramientas propias?

Esta situación paradójica es comparable con el accionar de la empresa minera Barrick Gold, quién debía controlar su propia depredación de los glaciares monitoreando a los mismos. Suena al menos un tanto ilógico ese proceder que busca sanear los daños ambientales que perjudican seriamente la salud de los habitantes.

El avance de la lucha del colectivo “Paren de Fumigarnos” en toda la provincia de Santa Fe, ha originado que distintas localidades comiencen a interpelar no solo al modelo productivo reinante, sino también a decirle basta a las fumigaciones, y a toda forma de contaminación.

“Hemos decidido convocar a los vecinos desde la multisectorial para debatir y profundizar sobre la grave situación por la cual estamos atravesando”, sostuvo Luis Cuello, damnificado e integrante de V.A.C.C.A en diálogo con Conclusión.

Este agente contaminante residual, llega por el aire afectando a barrios como La Sexta, Tablada, Echeverría, Villa Manuelita, Universitario, Municipal, y otros. La “llovizna” de polvillo y cascarillas de cereal (en general de tono rojizo) inundan patios, terrazas y calles, sembrando inquietud para los neófitos en el tema, y suma preocupación en los concientizados sobre sus efectos.

“Podemos describir como esta cascarilla, la cual se puede ver flotando en el aire, “llueve” sobre los patios de las escuelas de la zona, se acumula en nuestras terrazas, entra en nuestras casas, cubre las calles, los autos, la ropa, provocando alergias, enfermedades en vías respiratorias, piel, irritación de los ojos entre otras afecciones muy fácilmente detectables”.

La actividad portuaria es incesante, esto conlleva a que la problemática busque consolidarse, “son 180 silos de gran porte ubicados sobre el rio Paraná, a la altura de calle Ayolas en el corazón de la ciudad. Para imaginarse la dimensión de estos establecimientos, podemos citar los datos otorgados por la misma empresa, Servicios Portuarios. En su planta entran hasta 800 camiones por día, 450 vagones de ferrocarril y en dos muelles pueden cargar más de 230.000 toneladas de cereal por día, el poderío económico habla por sí solo”, enfatizó el vecino.

La convocatoria para el sábado 14 de abril es amplia, “invitamos a todas las instituciones de la zona, a las escuelas, los docentes y sus alumnos. A los médicos de los centros de salud públicos y privados, a las vecinales, los clubes, las iglesias, y los centros culturales. A los sindicatos como AMSAFE, SIPRUS, ATE, y a las organizaciones sindicales y políticas. Es decir, a todo el mundo a levantar juntos  la consigna “BASTA DE CONTAMINACION CON VENENOS DE LOS SILOS”, concluyó.

Informes de inspección