Cada tres o cuatro meses, los Bomberos Voluntarios de Pérez realizan alguna actividad con el propósito de recaudar fondos que están destinados, casi en su totalidad, a afrontar los gastos corrientes. Esas erogaciones llegan a alrededor de 70 a 80 mil pesos mensuales.

Este último domingo, con sol a pleno y cielo celeste, fue el turno de juntar dinero a través de un almuerzo que reunió a unas doscientas personas que le hincaron el diente a unos excelentes costillares asados “a la estaca”.

Fueron 17 costillares que pesaban, promedio, 13 kilogramos cada uno.

“A las 7 de la mañana empezamos a armar dos piras con leña”, cuenta Héctor Beas, alias “El gaucho”, incansable colaborador de los Bomberos, tesorero de su comisión directiva y jefe de los asadores.

Desde las 8 de la mañana, cuando los troncos ya empezaban a dar calor y aroma, hasta cerca de las 13 que empezaron a sacar los costillares de las estacas, se utilizaron más o menos 1.300 kilogramos de leña.

Asar 13 costillares no es para cualquiera y, además, tiene sus secretos. Se salan antes de ponerlos en las estacas; luego se los pone con el lado de los huesos hacia el calor de las leñas y así se los deja hasta que “El gaucho” da la voz de aura¡¡¡ y los cuatro asadores, más otros tantos foguistas, dan vuelta las estacas para que el calor llegue más directo a la carne.

Otro “secreto” es que, cada tanto, tiran sobre las brasas algunas maderas de cajones para que, al prenderse fuego, alejen el humo que sale de las leñas. Esto se hace para que la carne no termine ahumada.

Cuando faltaban unos 45 minutos para que estén cocinados se los rocía con una mezcla de agua y condimentos varios que le aportan un sabor muy particular. “La fórmula es más secreta que la de la gaseosa”, bromea Beas, mientras en un sitio cercano se terminan de asar alrededor de 20 kilogramos de vacío que fueron servidos previo a los costillares.

Una muy buena jornada solidaria a favor de los Bomberos Voluntarios de Pérez, cuerpo creado hace 35 años y cuyos integrantes (30 en total) han actuado en innumerables siniestros: el último fue en el incendio de Gemplast.

Hace un tiempo atrás estuvieron trabajando junto a otros socorristas en la tragedia de Salta y Oroño, en tanto dos de sus integrantes conformaron el grupo de rescate de los 33 mineros chilenos en el año 2010.

Estos Bomberos tienen autobomba, camión cisterna, camionetas y otros vehículos, todos estacionados y prestos para salir en cualquier momento del predio ubicado a un costado de las vías del tren.

Sus integrantes se capacitan en forma permanente (en Argentina y en el exterior) y, además, brindan asesoramiento y capacitación a diversos colegas.

En definitiva, un grupo humano conformado por gente que piensa en sus semejantes sin pedir nada a cambio.

Son, evidentemente, voluntarios.