Por Alejandro Maidana

La escuela “Bernabé Vera” Nº359 de la localidad de Marcelina Escalada, fue escenario de un encuentro que invita a soñar con un futuro sin transgénicos. Con la presencia de diferentes especialistas en la temática, el Senador Rodrigo Borla, presidentes comunales e intendentes y concejales del departamento San Justo, funcionarios del MPA, autoridades policiales y vecinos/as autoconvocados que viven en carne propia el drama de las fumigaciones ilegales e irresponsables, se llevó a cabo esta movilizadora charla.

El recuerdo de Diógenes Chapelet, vecino que perdiese la vida a causa de los agroquímicos, sirvió como combustible tanto para la lucha que está llevando adelante su familia, como la de todo el colectivo “Paren de Fumigarnos”.

Para conocer los detalles sobre este encuentro desarrollado en tierras fumigadas, Conclusión dialogó con aquellos que lo enaltecieron. “Esta reunión ha sido extraordinaria por el contexto en que se da la misma. La muerte de don Chapelet generó un alerta tal, que hasta un senador departamental y distintos asesores de otras localidades se acercaron para participar de la misma. Este pueblo decidió salir a luchar, ahora esperamos que en la legislatura provincial se trate con celeridad los proyectos presentados por distintos bloques políticos para poder ponerle fin a este modelo genocida”, sostuvo el doctor Damián Verzeñassi .

“Este sistema de producción agrícola con venenos, nos interpela a todos. Las moléculas que se tiran no tienen la irreductibilidad que anuncian las empresas, como muestra de esto han sido sancionadas tanto en Francia como en los Estados Unidos”, indicó Patricio Acuña de la ONG MUYUQUI de San Justo.

Sobre el impacto que tienen las fumigaciones en estas localidades, expresó: “Debemos generar políticas que nos conduzcan hacia otro modelo de producción, y seguir luchando por restricciones para el actual, que no hace otra cosa que aniquilar nuestra calidad de vida.  Los funcionarios pudieron advertir que esto va más allá de un discurso de un grupo ecologista o ambientalista, debemos recordar que nos han calificado como “los talibanes verdes”, hoy la realidad los abraza y los ha hecho interpelarse”, concluyó Acuña.

Más de 300 personas fueron las que se acercaron a participar activamente de esta reunión. Pausado pero sostenido es el avance de la consciencia de un pueblo que quiere recuperar un derecho cercenado, el de la vida saludable.

Quién también brindó su análisis fue Rafael Colombo, abogado e integrante de la ONG Capibara, “basta con contemplar la masiva convocatoria y los actores sociales que participaron de la misma para entender que esta problemática que atraviesa la Santa Fe profunda en distintas localidades, ha generado una preocupación más que importante”.

“Esta reunión con formato de conferencia, nos permite luego interactuar con aquellos vecinos afectados por las fumigaciones, y con los que si bien no sufren las mismas, se interesan por su efectos nocivos. La  documentación que se presenta de diferentes estudios médicos y científicos, ratifican el oscuro camino que vienen transitando diferentes poblados. Queremos honrar la memoria de Diógenes Chapelet y el compromiso de sus 8 hijos y de su viuda, ya que ellos fueron los que han levantado el espíritu de resistencia a las fumigaciones de este lugar”.

“Para nosotros esta actividad es totalmente nueva y la celebramos, ya que no estamos acostumbrados a que las mismas se den en un marco de convivencia y debate. La presencia de presidentes comunales y fuerzas de seguridad, para nosotros es algo nuevo, ya que no mucho tiempo atrás esto era algo impensado”, enfatizó Daniel Verzeñazzi del Foro Ecologista de Paraná.

Por último quién brindó su punto de vista, fue el médico rural Arturo Serrano, que le dijo a Conclusión: “Los agroquímicos en las concentraciones en las que se dan, nos están haciendo muchísimo daño. Lo de hoy fue maravilloso, ver a los vecinos y a las fuerzas vivas confluir en el debate es algo novedoso y muy saludable para la vida en democracia”.

“Avanzar sobre distintas ordenanzas que vayan acorralando estas prácticas que atentan contra la salud, es de suma importancia. Poder llegar gradualmente a los 1.500 metros de distancia de los pueblos a la fumigada, erradicar los silos y favorecer la agroecología, son sin dudas las metas propuestas para poder lograr tener una vida que merezca ser vivida”, cerró.

Camino a la conferencia un panorama desolador

Sobre la ruta 11 a la altura de Llambi Cámpbell, participantes que se dirigían a Marcelino Escalada se encontraron con bidones de agroquímicos a la vera del camino. El agroecólogo Bryan Murphy pudo capturar con su cámara una escena tan siniestra como explícita.