Por Gisela Gentile

Todo comenzó el domingo 29 de noviembre a las 20.15, su papá Raúl lo había dejado ese mismo día al mediodía en Funes, ya que su mamá vive allí. El sábado anterior había llovido mucho, por lo cual ese domingo lo dejaría temprano. Allí aprovechó para sacarse una foto con él y Benja, su hijo menor Benja, sin saber que sería la última con “Topa”.

Ese fatídico domingo, y ya en su lugar de residencia, le comienzan a llegar a Raúl las noticias que ningún padre quisiera oír nunca. “Recen por Topa, recen por Topa”, decían los mensajes que entraban al grupo de rugby del cual este papá era parte, ya que su hijo jugaba practicaba ese deporte.

“No entendía nada, preguntaba y no recibía respuestas, me cambié rápido y salí disparado para Funes. El manager me dice, <andá rápido que lo están reanimando>”. Con estas palabras comenzaba su relato para Conclusión Raúl Rodríguez, papá de Tomás “Topa” Rodríguez, quién sin nunca imaginarlo, comenzaría una odisea de confusión, incertidumbre, un viaje por la autopista a la ciudad vecina entre gritos y llantos. No era para menos, uno de sus hijos peleaba por su vida.

“Hijo respira, respira, no te mueras, le gritaba como si pudiera escucharme durante el trayecto de Rosario a Funes. Cuando llegué al Centro de Salud Houssay, me encontré con ambulancias, policías y un silencio que lo decía todo. Entré y lo vi junto a su mamá, lo contemplé, toqué y hasta por un momento pensé en llevármelo a casa. Una noche trágica repleta de faltas de respuestas, con hechos que empezaron a esclarecerse en los días siguientes”, relató.

Topa jugaba al rugby en el Club Universitario, luego de despedir sus restos lo enterraron en una parcela del Cementerio de Disidentes que le compró el club. Desde allí, su madre y su padre comenzaron a investigar qué había sucedido, necesitaban poder armar el rompecabezas fatal que terminó con la vida de su hijo Tomás de 14 años. “Comienzo a tener más detalles sobre el momento de la muerte de mi hijo, cuando vecinos del lugar me comentan que la dueña hacía un tiempo que decía que no toquen la reja de su drugstore porque daba patada, ese día mi hijo compró una gaseosa allí con sus amigos. El día anterior había llovido mucho, la señora atendía por una puerta, pero debían tocar el timbre sin tocar la reja. <Topa> había ido con dos amiguitos más chicos que él de 8 y 9 años, por el calor había un ventilador atado a la reja, fueron los más pequeños corriendo y mi hijo los apartó para que no la tocarán, y sólo tocar el timbre. No pudo lograrlo, ya que por el ventilador y esa reja electrificada recibe el choque de electricidad que contrae sus músculos”.

El sistema de salud demoró 25 minutos en llegar, situación letal para cualquier ser humano

Desde adentro cortan la luz y «Topa» cae al piso, rápidamente llega su madre que estaba a la vuelta del lugar. “El sistema de salud demoró 25 minutos en llegar, situación letal para cualquier ser humano. Luego bajaron un desfibrilador que estaba descargado, esto lo sabemos porque su mamá es médica y pudo darse cuenta de esta lamentable situación, de allí fue al Houssay y luego a la morgue, porque allí tampoco tenían nada. Ella llamó a sus compañeros de emergencias en donde trabaja, pero nada pudieron hacer, mi hijo ya estaba muerto”, enfatizó.

A partir de allí comenzó un camino de lucha y el pedido desesperado de justicia que condene a los responsables de la muerte de Topa. “Empezamos a investigar quién era la dueña de este drugstore, una señora que al parecer es muy cercana al intendente. En una oportunidad, en un canal de la región dije que el abogado que patrocina a esta mujer lo había puesto la intendencia. Por lo cual rápidamente me llamó para decirme que no era así, pero lo más nefasto y lamentable, fue que sólo eso expresó, no fue capaz de decirme que sentía la muerte de mi hijo”.

Tras las investigaciones que realizó el abogado de la familia, se pudo constatar que en el comercio no había disyuntor ni jabalina, sumado a que de un pilar habían sacado cables clandestinos para dos negocios. “La EPE nunca le cortó la luz, la municipalidad nunca controló la seguridad del lugar, estando así de manera clandestina los últimos años, hasta que pidió una habilitación por venta las 24 Hs, que después de la muerte de Topa se la negaron, obviamente. Esa noche trágica todo fue un circo, al cortar la luz desde adentro no había fuga, ni estaba electrificado nada porque sacaron los cables. Allí fue donde se dio el circo entre las partes, EPE, Defensa Civil y la policía, es más, quisieron sacar la faja de seguridad, pero la fiscal ordenó la clausura del negocio y que nadie debía tocar nada. A pesar de esto, siguió vendiendo y nadie hizo absolutamente nada, sabiendo todas las denuncias que tenían, con decirte que ese ventilador que antes relaté, lo encontraron debajo de una cama en la última pieza de la casa. Las pericias judiciales y periciales dieron que el negocio no tenía ningún elemento de seguridad”.

Le tocó a mi hijo lamentablemente, recibió una carga cercana a los 600 voltios, entrándole la corriente por el cerebro y haciéndole base en el corazón

El informe de la autopsia dice que Tomás falleció por un arco voltaico, que se da cuando no hay masa en el suelo. El comercio no tenía jabalina, y al existir alguna diferencia de tensión, lo que sucede es que hace masa lo primero que toque aquello electrificado, en ese caso era la reja o puerta que estaba en el lugar. “Le tocó a mi hijo lamentablemente, recibió una carga cercana a los 600 voltios, entrándole la corriente por el cerebro y haciéndole base en el corazón. Por ello habría que haberle dado un choque eléctrico con el desfibrilador para parar ese corazón y tratar de arrancarlo de vuelta. Pero muchos doctores me comentan que con ese choque de electricidad tan alto era prácticamente definitivo”.

El 27 de febrero la dueña del local se fuga con toda su familia en horas de la madrugada. Un vecino del lugar logra tomarle una foto cuando se iba, pero de esta manera se esfumó sin dar domicilio, teniendo una causa y sin que nadie la detenga

Todo lo que continuó fueron pericias, declaraciones de testigos, más allá de que enero es un mes perdido a nivel judicial, el abogado de la familia continuó trabajando en el caso. “El 27 de febrero la dueña del local se fuga con toda su familia en horas de la madrugada. Un vecino del lugar logra tomarle una foto cuando se iba, pero de esta manera se esfumó sin dar domicilio, teniendo una causa y sin que nadie la detenga. Lo peor del caso fue que al día siguiente se instala una nueva familia en el lugar, obviamente siendo estafada por esta mujer que le dijo que la causa estaba cerrada y que no había sido por causas de electricidad. La dueña iba a realizarle un comodato por tres años, pero ese mismo día le dio electricidad a uno de sus hijos, pero lograron salvarlos. La mamá de Topa les alerta de la situación de la casa y pega dos carteles de mi hijo, luego la fiscal vuelve a poner la faja de clausura”.

Nueve marchas, cortes de ruta, un festejo de cumpleaños en la plaza y una muestra de caridad por parte del intendente de Funes que nunca llegó. “El abogado que la había comenzado a representar nunca se hizo presente, por lo cual creo que le han soltado la mano, Rolvider “Roly” Santacroce jamás dio la cara, y ya han pasado tres meses que se llevaron a mi hijo. El viernes se abrieron las sesiones legislativas y había una invitación a la ciudadanía a concurrir, por ello fui dejando las pancartas y panfletos en el auto. Bajé sin nada, paso el control de la esquina y cuando estoy llegando la chica me tomó la temperatura y me ofreció repelente. Fue allí donde unos policías de civil me apartaron y me dijeron que no podía ni iba a entrar, a lo cual le dije que me explicara ¿por qué? Si el mismo era abierto a la comunidad, a lo cual me respondieron que no lo hiciera más difícil que los de adentro no me iban a hablar como ellos, que por mi bien no me complicara”, sostuvo el papá.

Explicándole que estaba solo con su celular, las llaves del auto y sin pancartas ni carteles, insistió en entrar. “Una chica se me acercó diciéndome si era el papá de <Topa> y que iba a acompañarme a ingresar, lo cual fue refutado por los policías que dijeron que tenían orden del jefe y del intendente de no dejarme ingresar, al igual que la mamá de Tomás. Luego me cargan en un auto gris polarizado y me llevan, yo no tenía idea a dónde, en el viaje recibo el llamado de un amigo que es policía quien iba a ir a apoyarme, finalmente no me apresaron, pero me llevaron a otro lugar donde estuve casi dos horas donde finalmente tras la intermediación de mi amigo, me dijeron que me <largaban> y que me retirara de Funes de manera pacífica. Cuestión que hice”.

Todas las noches lloro por mi hijo y lo extraño. Los dos asesinos están en Peyrano armando un Kiosco como si nada pasará, pero estoy seguro que toda va a cambiar, que van a suceder cosas y que la fiscalía se va a mover

Un papá que está desesperado y que intenta, a tres meses de que le arrebataran por negligencia a su hijo, obtener justicia. “Todas las noches lloro por mi hijo y lo extraño. Los dos asesinos están en Peyrano armando un Kiosco como si nada pasará, pero estoy seguro que toda va a cambiar, que van a suceder cosas y que la fiscalía se va a mover. Todos los abogados buscan ganar un juicio, pero en este caso cuando le haces juicio a la comuna u organismo del Estado, todo son indemnizaciones, en definitiva, plata. Pero no existe dinero que me devuelva a mi hijo, lo único que me traerá paz es que estos asesinos paguen, la sociedad debería condenar al intendente que el día viernes tuvo el tupe de mencionar que lo único que hizo mal en su gestión fue no abrazarnos, cuando fue su gente la que no me dejó entrar a su acto en donde solo quería pedir justicia por mi hijo”, concluyó.