Luego de semanas de suspensión (desde finales de septiembre) para operar en bolsa, el jueves se reanudó la cotización de las acciones de una de las promotoras inmobiliarias más importantes (y ahora también más insolvente) de China, Evergrande. Vista hacia atrás, la decisión resultó dispar.

Es que las acciones de Evergrande se desplomaron en más del 14 % después de que el desarrollador, sobreendeudado, intentó sin éxito vender una participación en su negocio de administración de propiedades.

El colapso de las conversaciones para vender la participación del 50,1% en Evergrande Property Services a Hopson Development Holdings (nombre completo de la firma) por 20,04 mil millones de dólares de Hong Kong ($ 2,58 mil millones), revelado en una presentación de intercambio el pasado miércoles, aumentó las probabilidades de que Evergrande no pague un bono offshore.

Este fin de semana vence el período de gracia, de 30 días, para el pago de cupón de bonos en el extranjero que venció hace un mes y nunca se pagó. La compañía china indicó que tampoco había avanzado en la venta de otros activos.

«No ha habido avances materiales en la venta de activos del grupo», dijeron desde Evergrande. «En vista de las dificultades, desafíos e incertidumbres para mejorar su liquidez, no hay garantía de que el grupo pueda cumplir con sus obligaciones financieras», ampliaron.

Las acciones del desarrollador más endeudado del mundo cayeron hasta 2,53 dólares de Hong Kong el jueves (desde su cierre anterior de 2,95 dólares de Hong Kong) y terminaron el día en a $ 2,58.

En tanto, en otra línea bursátil, Evergrande Property Services cayó hasta un 10,2% antes de cerrar un 8%, mientras que Hopson ganó un 7,6%.

Desde finales de septiembre, Evergrande no ha pagado cupones de bonos por un valor de 277 millones de dólares. Sus acciones y bonos han perdido el 80% de su valor este año. Esta agitación ha afectado a los mercados globales, a medida que los inversores comienzan a introducir en sus evaluaciones (y por ende estas a impactar en sus decisiones) las consecuencias de un posible colapso de la empresa y se preocupan por la salud más amplia del fortalecido mercado inmobiliario del gigante asiático.

Como señala Nikkei, la compañía se está quedando sin efectivo rápidamente y esperaba superar la última crisis vendiendo activos, atrayendo inversores e impulsando las ventas. Está fallando en los tres aspectos y no ha realizado pagos a bancos, acreedores minoristas, contratistas, tenedores de bonos y proveedores, lo que ha llevado a la suspensión de más de la mitad de sus 800 proyectos de desarrollo en curso.

Para colmo de males, las operaciones de la compañía están efectivamente congeladas, y las ventas de bienes raíces se desplomaron alrededor del 97% durante la temporada alta de compra de viviendas. Las ventas contratadas, mayor fuente de liquidez, se desplomaron a 3.650 millones de yuanes ($ 571 millones) en el período del 1 de septiembre al 20 de octubre, dijo la compañía el miércoles. Eso se compara con más de 142 mil millones de yuanes en ventas, en el mismo período del año pasado.

Las autoridades chinas se han negado a rescatar ala empresa, proclamando en cambio que se pueden contener los riesgos de desbordamiento.

Con la esperanza de aliviar las crecientes preocupaciones locales sobre un «Momento Lehman» (en recuerdo de la crisis financiera global que desencadenó el quiebre de Lehman Brothers en 2008), el viceprimer ministro Liu He dijo en un foro de Beijing el miércoles que los riesgos de Evergrande son controlables y que se están cumpliendo las demandas razonables de capital de las empresas inmobiliarias, informó Bloomberg. La semana pasada, el gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, dijo algo muy similar.

Aun así, los problemas de Evergrande y los pagos atrasados ​​de competidores más pequeños han provocado temores de un “efecto dominó” en el sistema financiero chino de 50 billones de dólares en las últimas semanas, donde los rendimientos de los bonos se acercaron a máximos históricos.

El mes pasado, S&P estimó que los desarrolladores que califica deben canjear 480.000 millones de yuanes en bonos nacionales y extranjeros durante el próximo año, lo que equivale a casi una cuarta parte de sus reservas de efectivo libre. La primera gran caída de vencimientos se producirá en enero, con unos 6.200 millones de dólares en bonos extraterritoriales pendientes de pago, según la corredora CGS-CIMB.

Las empresas con los peores balances se han visto aplastadas por el aumento en los costos de los préstamos, un fenómeno que se está intensificando este mes a medida que vencen las facturas. Al menos tres desarrolladores chinos han incumplido en octubre, uno puede tener dificultades para pagar los intereses que vencen el viernes y otro no pudo obtener una extensión de tres meses para un pagaré que vence el lunes.

Como señala la cadena Bloomberg, el sector inmobiliario de China representa casi la mitad de la deuda denominada en dólares en dificultades del mundo, con rendimientos de grado especulativo que superaron el 20% a principios de este mes, el más alto en una década. Mientras las autoridades de Beijing buscan desactivar el «riesgo moral» y el desapalancamiento de la economía, se permite que algunas empresas quiebren siempre y cuando no se produzca un desbordamiento desordenado en el sistema financiero en general.

El sector de desarrolladores chino es la fuente del 36% del récord de 175 mil millones de yuanes ($ 27,1 mil millones) en incumplimientos de bonos corporativos locales en lo que va del año, según datos compilados por Bloomberg. Los rendimientos de los bonos en dólares con calificación basura de los prestatarios chinos están cerca del 17%, el más alto en aproximadamente una década. Varios de los pagarés se negocian a niveles que sugieren un riesgo sustancial de impago.