Más de la mitad de los 40 mil puestos de trabajo que se perdieron desde el inicio de la pandemia en territorio santafesino corresponden a la ciudad de Rosario, distribuidos entre los rubros servicios de entretenimiento, transporte, gastronomía y hotelería.

Si bien esas cifras corresponden a mediados de 2020, cuando la tasa de desempleo en el Gran Rosario se arrimó al 20% (entre las más altas del país), en la última medición, publicada hace algunas semanas por el Indec, ese indicador estaba casi en 14%, solo superada por la cifra en partidos del conurbano bonaerense.

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A ese escenario hay que sumar los recientes 110 empleos que se pierden por el cierre de Fallabella, el cual acaecerá dentro de los próximos 60 días.

De este modo se resiente la recuperación leve que venía registrando el Ministerio de Trabajo provincial desde aquel pico de mitad del año pasado, en línea con el rebote de la producción santafesina, entre las que más rápido habían recuperado niveles pre-pandémicos en el país.

La recesión económica, fuertemente profundizada por la pandemia, ha hecho estragos en el nivel de empleo provincial y la evidencia más clara son los 40 mil trabajadores que vieron escurrírsele entre las manos el ingreso salarial en un momento de extrema incertidumbre y a pesar de la vigencia normativa de un decreto de prohibición de despidos.

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También se comprueba que las crisis económicas a nivel nacional tienen un correlato directo en Rosario, ya que de esos 40 mil, 20 mil eran trabajadores de la ciudad.

Desde la cartera laboral santafesina atribuyeron este fenómeno a que Rosario tiene más actividad privada que el Gran Santa Fe y la informalidad afecta en mayor medida al sector privado.