Por Enrique Genovar

No consiguió ninguno de los objetivos que se propuso. El campeonato lo sacó rápidamente del camino y en la Copa aguantó hasta donde pudo (segundos antes del pitazo final del árbitro uruguayo en Colombia). Central se codeó con los mejores del continente y si bien ya se fue de la Libertadores el camino quedó marcado.

Todo indica que Coudet se irá del club. Es por esto que es el momento de parar la pelota debajo de la suela y mirar hacia atrás para no equivocarse en el paso que vendrá hacia adelante.

Una forma de juego definida. Protagonista en cualquier cancha. Una idea que ganó halagos y que tiene mucho que ver con el histórico paladar fino que quedaron como consecuencia de los grandes equipos que tuvo Central hace más de 30 años. El Canalla volvió a jugar de manera vistosa y, salvo en el torneo de Transición de este año, peleó y fue protagonista en los otros tres certámenes hasta que pudo.

No dejó títulos, pero lo que hizo el Chacho junto al resto del cuerpo técnico no es para dilapidar. Es por esto que los responsables de dirigir los destinos de la institución deberán tomar los aciertos que hubo en este año y medio de Coudet en el club y terminar de pulir los desaciertos.

La bronca por la eliminación de la Copa es patrimonio de todos los hinchas de Central. Pero son los dirigentes los que deben asimilarla rápidamente y comenzar a delinear lo que va a venir. El acierto del Chacho fue muy importante y es para reconocer. Pero no equivocarse en dar los pasos que siguen será igual o más importante que lo que hicieron con anterioridad.

Un impase cortito (sólo para analizar antes de ejecutar), un futuro promisorio si se continúa el camino delineado en este tiempo y la obligación de renovar el objetivo de ir por la gloria esquiva. Sin dudas son las tres premisas que sólo pueden aparecer en el horizonte canalla.