Por José Odisio

«El fútbol arranca con la predisposición, con la intensidad, con las ganas de defender una camiseta. Ellos se tiraban al piso con la cabeza y nosotros mirábamos el partido». Las palabras de Diego Osella en ‘caliente’ fueron una señal inequívoca del pensamiento del entrenador, y por qué no de muchos hinchas, y abren nuevamente una grieta que parece difícil de cerrar.
Osella ya había manifestado enojo hacia la ‘actitud’ de los jugadores con Argentinos y con Defensa y Justicia, pero esta vez sus palabras fueron más duras y resulta complicado pensar que no hayan caído mal en el grupo.
Es cierto que el plantel tiene poco qué decir. Tal como lo hizo Osella, también pasó con Bernardi y con Gallego. Estos partidos donde Newell’s está en cancha casi por compromiso han sido una constante en los dos últimos años. Y no se le puede endilgar sólo a los técnicos la responsabilidad.
Maxi abrió interrogantes tras el partido con Sansinena, y sus dudas de continuidad pasa por lo que pueda pasar tras las elecciones. Pero en ese sentido la Fiera no sólo piensa en quién será la próxima conducción, sino además, quién será el entrenador para el próximo torneo. Y cuando Osella dice «no quiero decir cosas de las que me pueda arrepentir, pero esto atenta contra nuestra continuidad», está claro que el DT entiende que seguir en el Parque ya no sólo dependería de quién sea el próximo presidente.
Esta claro que al igual que sucede en el proceso electoral, si bien desde las palabras todos hablan de poner a Newell’s por encima de todo, a la hora de los bifes, la realidad es que los egos nunca puede quedar de lado. Y así pierde Newell’s.