Por Alfredo Jalife Rahme

Putin enuncia que la «clase media» de Estados Unidos «no se benefició con la globalización», a diferencia de China que «sacó a millones de la pobreza». Juzga que Trump percibió los «cambios en la sociedad de EU y tomó ventaja de ello».

Después de alardear que Rusia dispone de «más de 500 mil millones de dólares en reservas de oro y divisas foráneas», opera un diagnóstico implacable de las razones «internas» del colapso de la URSS cuando «la protección social y los sistemas de salud se derrumbaron y la industria se estaba desmoronando» y señala que en EU y Europa «las élites reinantes se han separado del pueblo»: el «obvio (sic) problema es la brecha entre los intereses de las élites y la aplastante mayoría del pueblo», por lo que, la «idea liberal», que se ha vuelto «obsoleta», «ha olvidado su propósito», cuando el «multiculturalismo no es más sostenible» en la etapa de la fobia a la migración.

La réplica del Consejo Editorial del FT al día siguiente fue feroz, pero poco sustancial, de carácter nostálgico y publicitario: «No señor Putin, el liberalismo occidental no es obsoleto; los principales políticos de EU y la Unión Europea (UE) deben trabajar más duro para defender valores (sic) y enfocarse al malestar».

La réplica contó con una foto del encuentro, al margen del G-20 en Osaka, entre «Donald» y «Vladimir» –así se miman los dos–, colocando a ambos mandatarios de las máximas superpotencias nucleares como prototipos del ascendente «nacionalismo populista».

El Consejo Editorial del FT afirma que «pese a los reclamos del presidente ruso, es a Occidente (sic) que los pobres (¡súper-sic!) del mundo y los oprimidos todavía se dirigen apabullantemente». Aquí los hechos y las demografías rechazan la afirmación peregrina del FT cuando sumamos las poblaciones de China (mil 384 millones), India (mil 296 millones) y el mundo islámico (mil 700 millones), sin contar a sus opositores antiglobalistas en “Occidente (whatever that means)”.

Según FT, «tiene un aire de triunfalismo» la aseveración de Putin, quien «ha buscado socavar el orden liberal occidental».

Para FT, principal portavoz del globalismo –que pertenece al Grupo Pearson que controla la banca Rothschild–, «en la democracia liberal de mercado permanece el principio organizador en la mayor parte de los países no-petroleros con el más alto nivel de vida». Acepta que «es real» el “desafío de los «populistas nacionalistas» ya que «el dominio global de la post-Guerra Fría de EU y la UE y el sistema que representan se acabó».

Si dicho «sistema se acabó», ¿cómo, entonces, puede prevalecer su ideología subyacente?

FT practica la aburrida sinonimia de «nacionalismo» y «populismo» que suelen ser diferentes, dependiendo del país.

En forma absurda FT coloca en el mismo saco a Marine Le Pen, Viktor Orban, Matteo Salvini, Steve Bannon y Trump con Putin.

Sin EU, Francia, Italia, Hungría, Alemania (con el ascenso del AfD) y, no se diga con el Brexit de Gran Bretaña, ¿qué queda, entonces, del «Occidente» del Grupo Pearson?

FT considera a Trump «una mayor amenaza a la cohesión liberal de Occidente» que el mismo Putin cuando hoy lo que se encuentra en riesgo, a su juicio, son «la apertura de fronteras y los valores (sic) como la tolerancia social, derechos individuales, la democracia y el imperio de la ley», pero deja de lado las calamidades que ha suscitado el plutocrático y antidemocrático neoliberalismo global con el abandono de 99 por ciento de la población mundial.

Como catarsis, FT arremete contra la economía y la política de Rusia que no son un «modelo» a seguir y soslaya su parusía militar disuasiva con sus armas hipersónicas de ensueño.

A mi juicio, el ajedrecista y yudoca Putin cada día define más el rumbo multipolar, a sabiendas del posicionamiento geoestratégico de Rusia, mientras el «Occidente» inexistente hoy, que añora el FT, se encuentra en franca decadencia, para no decir putrefacción.

Fuente: desdeabajo.info
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Foto: El presidente ruso, Vladimir Putin, asistió a una reunión con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Foto Ap