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Concejales del Frente Progresista y el PRO apuran un acuerdo para aprobar la semana que viene el presupuesto municipal 2019. Hasta ahora la negociación gira en torno a los barrios que se destinarán los pavimentos presupuestados y la autorización al Ejecutivo para emitir letras del tesoro por hasta 200 millones. Las letras son una herramienta financiera que se cancela en el mismo ejercicio, no consolida deuda y permite tener flujo de caja. Podría pensarse que es una herramienta clave para un año electoral, pero debe agregarse que sobre todo será un año marcado por recesión y menor recaudación. Hasta el momento Rosario no usó ese mecanismo, muy difundido entre provincias y municipios. De hecho el Banco Municipal de Rosario es el agente de colocación de la Municipalidad de Córdoba.

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Más retrasada viene la negociación para autorizar al Departamento Ejecutivo a aumentar la tarifa del transporte urbano hasta un 90% del valor fijado en el estudio de costos. El socialismo quiere tener margen de maniobra ante dos hechos extraordinarios que se vienen: la implementación del nuevo sistema urbano y la quita de subsidios nacionales. Una última apreciación. El hecho de que el PRO vuelva a ser el interlocutor primordial del oficialismo marca las dificultades del interbloque peronismo-Ciudad Futura-Frente Social y Popular para unificar posiciones y asumir ese rol. En el caso del peronismo, se perfila para apoyar en el presupuesto en general pero con diferencias en particular, por ejemplo en el tema transporte o los porcentajes de aumento de TGI. La propuesta del concejal Toniolli para aumentar el Drei a las entidades financieras y destinarlo al transporte parece destinado al freezer. El PRO no quiere saber nada por motivos ideológicos, y el oficialismo afirma que la recaudación que aportaría no es significativa.

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«Por fin mi perro casó una mosca”. El dicho popular se aplica a la Justicia federal rosarina, que por primera vez enjuició y condenó a miembros de la banda de Los Monos por narcotráfico. En total, los fiscales consiguieron 34 condenas y 5 absoluciones: Ariel «Guille» Cantero y Jorge Emanuel Chamorro recibieron 15 y 17 años de prisión respectivamente; Vanesa Barrios y Jésica Lloan, parejas de ambos, 12 años, tras probarse que llevaban adelante el negocio mientras Guille y Chamorro estaban tras las rejas.

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El fallo es una buena noticia pero al mismo tiempo exhibe la ausencia de la Justicia federal fuera de Buenos Aires. Un sistema policial-judicial que no funcionó ni funciona: es inexplicable recién ahora se los haya investigado cuando pasaron dos décadas desde que Los Monos iniciaron su reinado en el sur de la ciudad y desde ahí se expandieron en forma directamente proporcional al crecimiento de Argentina como lugar de comercialización, consumo y exportación de drogas ilegales.

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Antonio Bonfatti se lanzó a la carrera por su segunda Gobernación. La elección de un video colgado a las 23 del lunes en Facebook fue todo un dato de época. El mensaje es abierto, pero a la vez funcionó como bandera de largada para sectores partidarios que pedían señales. También Bonfatti aguardaba alguna señal que no ocurrió, en su caso desde la Casa Gris, a la que el anuncio no por esperado dejó de sorprender. Para no quedar atado a los tiempos de gestión que maneja Miguel Lifschitz, Bonfatti ordenó dar enter al video filmado ese mismo lunes con celular en el balcón de las oficinas de calle San Luis al 300 y con casi nada de postproducción, a excepción del trinar de pajaritos que recuerdan al cielo celeste diáfano de los afiches de campaña de Hermes Binner. Ahora la incógnita es si habrá una segunda fórmula a gobernador en el Frente Progresista. Y si fuera así, qué representará y quién la apadrinará.

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Macri apuesta por estirar la burbuja del G20 todo lo que pueda. Los principales operadores lograron en cuestión de días instalar el juego de posibles vices entre Patricia Bullrich y Carolina Stanley. La lógica indica que quien busca compañera de fórmula es porque irá por la reelección. Ahí radica la maniobra del gobierno, dando por natural algo que aún está por verse. De hecho, los mandatarios extranjeros volaron y el país volvió a la cruda realidad que el gobierno trata de edulcorar con anabólicos y ficción, como la reelección presidencial o el protocolo de gatillo fácil para el uso de armas en la Policía. Pareciera que se busca construir la imagen de un Macri que puede expresar la dureza de Bolsonaro con Bullrich y el rostro humano con la cándida ministra de Desarrollo Social. Sigue faltando el solucionador de problemas reales, o por lo menos que logre empatar los indicadores económicos y sociales con los que asumió Cambiemos. Último detalle: ¿Bullrich o Stanley? La UCR bien, gracias.