Por Alexander Dugin

América Latina es una vez más el territorio de la dialéctica geopolítica de la colonización/descolonización. En todas partes -Bolivia, Chile, Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay- se da en el mismo patrón: los liberales pro-Estados Unidos (más liberales de extrema derecha) contra las fuerzas de descolonización, en su mayoría de izquierda.

Es obvio que América Latina necesita un nuevo mapeo ideológico, porque el comunismo y la teología católica de la liberación son disfuncionales y obsoletas, demasiado débiles para los fines de movilización… y esa debilidad es claramente palpable ya hoy en día. Mañana será fatal y mortal para todas las fuerzas y movimientos anti-coloniales.

Pero hoy la agenda está clara: no importa lo malo que sea el gobierno de los líderes anti-coloniales, el golpe pro-estadounidense o los políticos elegidos democráticamente a favor de los Estados Unidos son siempre mucho peor. La mala libertad siempre es mejor que la buena esclavitud. Con el muro que Trump está construyendo para ser político pro-EEUU, en América Latina ese acto de alta traición debe ser inmediatamente castigado.

Estamos en el borde del nuevo ciclo de descolonización que va a correr por toda América del Sur. Parece que estamos entrando en la guerra civil continental, así que todas las fuerzas anti-coloniales (izquierda y derecha) deben estar unidas, trabajando al mismo tiempo en la creación de una nueva teoría política (populista, latinista, más allá de izquierda y derecha; una especie de 4 PT) contra todos los pro-EEUU y estructuras pro-globalista, y ante todo contra los liberales de todo tipo.

Estamos en necesidad de un nuevo conjunto de símbolos, personas y movimientos.