Por Daniel Siñeriz

El panorama de lo que estamos viviendo en todo el mundo nos presenta un contraste fenomenal: un ser muy pequeño, casi insignificante, invisible y silencioso, sin estruendo pero sin pausa, pone de rodillas estrepitosamente al conjunto de la población humana. Nunca vimos semejante desproporción en la historia. Porque otros fenómenos similares no se enfrentaron a una humanidad con tan importantes avances científicos, tecnológicos y comunicacionales. Todo esto ofrece un buen nivel de resistencia pero todavía es insuficiente.

Las “cantidades” que se difunden y se conocen tienen que ver con las enormes CONSECUENCIAS de lo que este virus va produciendo tras su paso y sus caprichosos retornos. Nadie de los poderosos de la economía y las finanzas que organizan todo para sus propios intereses, podría superar los niveles de devastación que estamos midiendo.

Además tenemos que apuntarle al “bichito” el haber desatado las interpretaciones y opiniones más extremadamente opuestas y contradictorias: explicaciones científicas, sanitarias, sociales, políticas y más. Así como las más desopilantes y llamativas TEORÍAS CONSPIRATIVAS. Es muy difícil, entonces, medir en nivel de desorientación y desconcierto al que asistimos atónitos y hasta impotentes. Y, para completar este panorama desolador, tenemos que reconocer que este virus cuenta con nosotros como los mayores y mejores cómplices para alcanzar una multiplicación fatal. Aclarando que también fuimos creadores aguerridos de las peores condiciones para hacerle frente; con una cultura cimentada en el consumismo, el individualismo y la insolidaridad.

Intentando un horizonte esperanzador quiero creer que estamos ante lo que llamaría un SISMO PROFÉTICO. Los profetas expresaban una visión CRÍTICA denunciando a los falsos dioses que sostenían un sistema injusto; luego proponían una ALTERNATIVA SALUDABLE y se dedicaban a ANIMAR a la comunidad para gestar la alternativa anunciada. Estos personajes bíblicos pusieron en marcha, en sintonía no programada con los Filósofos Griegos y por allá con Confucio, lo que se dio en llamar CAMBIO AXIAL (cambio de EJE). Aquello duró dos siglos. Hoy tendríamos que “acelerar” para generar lo que también se expresa como CAMBIO DE PARADIGMA o, incluso: UN SALTO DE CALIDAD.

El falso dios que sostiene este sistema se llama DINERO. El objetivo “profético” es el DESMANTELAMIENTO ( porque la Base ya sabemos todo lo que promete: Pobreza, desigualdad, violencia, destrucción sistemática de la Casa Común….sólo Muerte). La alternativa nos dibuja EL OTRO MUNDO POSIBLE: PACÍFICO, IGUALITARIO, SOLIDARIO, COMPASIVO, RESPETUOSO Y CUIDADOSO DE TODA FORMA DE VIDA. Y el ALIENTO es que se trata de RECORDAR cómo en nuestro propio Cuerpo está dibujado este Proyecto Maravilloso, a nuestro total alcance. Buen vivir para todos.