Tras un año de indefinición electoral, el partido del primer ministro, Benjamin Netanyahu, Likud, ganó este lunes los comicios generales en Israel al obtener entre 36 y 37 de las 120 bancas del parlamento y, junto a sus aliados ultranacionalistas y ultraortodoxos, quedó al borde de alcanzar la mayoría de 61 escaños necesarios para seguir en el poder, según tres encuestas de boca de urna publicadas en la televisión local.

Los sondeos difundidos por el Canal 13, Canal 12 y Kan 11 otorgaron una victoria clara al Likud y dejaron a la coalición Azul y Blanco dirigida por el ex jefe del ejército Benny Gantz en un segundo lugar con entre 32 y 33 bancas, lo que supone una derrota teniendo en cuenta los empates alcanzados en las últimas dos elecciones, en abril y septiembre pasado.

El tercer lugar sería para La Lista Unida, una coalición liderada por la minoría palestina, con entre 14 y 15 bancas, un resultado inédito para esta fuerza que cuestiona abiertamente la política de ocupación en los territorios palestinos y denuncia el racismo del llamado Estado judío dentro del país.

Bastante más atrás se ubicarían los potenciales aliados de Netanyahu del llamado bloque de derecha: los ultraortodoxos misrajíes de Shas con 9 bancas, los ultraortodoxos askenazis del Judaísmo Unido de la Torá con entre 7 y 8 bancas, y los ultraderechistas de Yamina con entre 6 y 7 bancas.

Según todos los sondeos preliminares, Netanyahu y sus aliados alcanzarían las 60 bancas, lo que deja al borde de conseguir la mayoría absoluta de 61 diputados en la Knesset (parlamento) que necesita para formar un renovar su gobierno y mantener en el poder cuatro años más.

Su principal rival electoral, Gantz, apenas conseguiría con sus potenciales aliados una minoría de entre 52 y 54 bancas de confirmarse las encuestas.

Tras conocerse estas cifras y a la espera de los resultados oficiales, el ex jefe del ejército tuiteó: «Gracias a los miles de activistas y a los más de un millón de votantes que eligieron a Azul y Blanco. Voy a seguir peleando por ustedes.»

Lejos de la ambigüedad y el tono sobrio de Gantz, Netanyahu no dudó en celebrar su victoria de inmediato.

«Una gran victoria para Israel, una foto con su esposa y todo su equipo», tuiteó el premier.

Un grupo de sus asesores le dijo bajo condición de anonimato al portal de noticias Ynet que el premier habló por teléfono con los líderes de los partidos aliados y que buscará formar «un gobierno nacional fuerte lo antes posible».

El ministro de Defensa y unos de los líderes de Yasmina, Naftali Bennet, también se apuró a celebrar una victoria en Twitter.

«La derecha ganó, nos ocuparemos de que el camino de la derecha también gane. Estamos comprometidos con un bloque de derecha liderado por Netanyahu que establezca un gobierno que continúe garantizando la seguridad de los ciudadanos israelíes, dé apoyo a los soldados y proteja la Tierra de Israel y los valores de la derecha», escribió.

La gran incógnita es qué hará Israel Nuestro Hogar, el partido del ex ministro de ultraderecha Avigdor Lieberman, que obtendría entre 6 y 8 bancas, y que en las últimas dos elecciones se negó a apoyar tanto a un gobierno de coalición dirigido por Netanyahu como uno encabezado por Gantz.

Hoy, tras conocerse las encuestas de boca de urna, el líder de la bancada de Israel Nuestro Hogar, Oded Forer prometió que su fuerza «garantizará que se forme un gobierno». «No descuidaremos nuestros principios. Nuestro objetivo es un gobierno nacional liberal, que es lo que la mayoría del público quiere», agregó.

Sin embargo, Netanyahu no llegaría a una mayoría parlamentaria si se acerca a esta fuerza y deja de lado a sus aliados ultraortodoxos, y a Gantz tampoco le alcanzaría si se distancia de los palestinos-israelíes de La Lista Unida.

Hace casi un año, Netanyahu disolvió el parlamento por falta de apoyo y llamó a elecciones, una cita que repitió dos veces sin conseguir una mayoría clara ni aliados con los cuales gobernar otros cuatro años. Su principal rival, el ex jefe del Ejército y líder de la flamante alianza Azul y Blanco Gantz, le pisó los talones las dos veces y tampoco logró juntar socios para formar un gobierno de coalición y terminar con una transición que parece no tener fin.

Tras la última elección fallida, el presidente Reuven Rivlin volvió a llamar a elecciones y hoy, al inicio de la jornada se hizo eco una vez más del malestar popular por la repetición de los comicios: «No nos merecemos esto.»

Pese a las advertencias de una apatía generalizada de los analistas, la participación fue la mayor desde 1999: más del 65%.