La fiscal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Nora Marull, brindó detalles sobre el abuso sexual que sufrió una joven de 19 años en manos de un chofer de la línea 162 el pasado 15 de enero. El agresor fue imputado este jueves y desde fiscalía consideraron lo sucedido como gravemente ultrajante y aseguraron que la víctima todavía se encuentra en estado de shock.

Tras la audiencia imputativa en la cual se le dictó prisión preventiva al colectivero N.M. de 36 años, por el delito de “abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa y abuso sexual gravemente ultrajante, ambos en concurso real”, la fiscal a cargo de la causa dio detalles de lo sucedido ese 15 de enero.

En la desgarradora descripción de los hechos, la fiscal contó que el colectivo de la línea 132 salió desde la punta de línea ubicada en Ovidio Lagos y Battle y Ordóñez, a las 21.45 como también otras líneas. La chica, de 19 años se había bajado de un servicio anterior y se subió al colectivo en cuestión. Allí se subió en el asiento de atrás y esperó al chofer que llegaba con un café en la mano para comenzar el recorrido.

“La chica se encontraba sentada atrás de todo, pero cuando llegó el colectivero le dijo que se pase delante de todo porque atrás le podían robar y ella accedió”, contó la fiscal.

De acuerdo al relato de la joven, tras comenzar el recorrido, una cuadra después el agresor apaga las luces internas del colectivo, sigue andando pero sin levantar gente y comenzó a decirle cosas a la víctima. Luego, frenó el coche se le abalanzó y comenzó a realizar una serie de “acciones” con la clara intención de una violación.

“El hombre se bajó los pantalones y la ropa interior pero no logra su cometido. Luego realizó una segunda parada y la abordó queriéndole sacar la calza, pero ella se resistió. Por último, realizó una tercera parada, donde estacionó el colectivo en un lugar oscuro debajo de un árbol, arremetió contra la chica. Fue en ese momento donde realizó acciones que van mucho más allá de un abuso simple y que la fiscalía consideró gravemente ultrajantes”, detalló Marull.

Tras el ataque, el chofer volvió a arrancar el colectivo, prendió las luces y retomó el recorrido empezando a subir pasajeros como si nada hubiera pasado y sin dejar que la víctima se baje.  “La chica fue obligada a permanecer en la unidad. Ella sólo lloraba y cuando se quiso bajar el le dijo ‘te quedás ahí’, hasta que cuando ya había bastante gente pudo bajarse”, añadió.

Con respecto a la joven de 19 años, Marull señaló que todavía se encuentra en estado de shock y que al momento de tener que reconocerlo “tuvo una crisis de nervios y llanto”.

El chofer fue imputado por el delito de tentativa de “abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual gravemente ultrajante en concurso real”. El reconocimiento por parte de la víctima y los recuerdos que ella guardó en su mente sobre su aspecto físico, fueron claves para imputarlo.