Por Alejandra Ojeda

“Yo lo detuve en abril de 1994 en la toma de rehenes del bar de Sarmiento y 9 de julio. Ese día cometió privación ilegitima de la libertad. Antes había perpetrado un robo calificado y un homicidio y cuando yo llegué estaba amenazando a una moza con una pistola 9 milímetros». Esta es la descripción del ex jefe de la Policía provincial Mariano Savia sobre Ricardo Albertengo, el hombre acusado de asesinar al suboficial Mauro Mansilla y donde comienza la saga de delitos cometidos por este individuo que se engrosara con el correr de los años. A raíz de esto, el ex comisario, en diálogo con Conclusión, estimó: “Es una persona que no puede desarrollarse en sociedad, no puede estar en la calle y eso lo tiene que entender la Justicia”.

“Yo recorrí siete metros hasta llegar a él, tenía a la moza encañonada con una 9 milímetros y me llevó una hora y media llegar a él”, siguió contando Savia. “Lo llevé a la cárcel después y en 2009 asaltó una clínica en Oroño al 700, donde también efectuó disparos, pero no hubo víctimas”, explicó el ex jefe de la Policía provincial.

Con respecto a la condición procesal de Albertengo, Savia comentó: “La Justicia deberá dar explicaciones de por qué estaba en la calle, es inconcebible. Habría que ver los fundamentos. No quiero seguir opinando porque voy a perder mi sentido mesurado. Realmente esto no tiene explicación. Sería interesante saber por qué estaba en libertad. Hay que ver el estado de la causa, porque ahora hizo lo mismo que cuando yo lo detuve en el 94. Pidió que lo llevara a la cárcel porque le tiene terror a la Policía. Vale aclarar que se entregó en el servicio penitenciario provincial tal vez por temor a que lo capture la Policía. Y por eso dispara, le tiene terror a la Policía”.

Por último, Savia opinó: “Hay que terminar con el garantismo para los delincuentes e instalar el garantismo para los ciudadanos honestos. Lo que él hizo con Mansilla es terrible. Mauro nunca le iba a disparar, lo iba a llevar preso y él le disparó a mansalva. Lo mismo que hizo en el 94. Es una persona que no puede desarrollarse en sociedad, no puede estar en la calle y eso lo tiene que entender la Justicia”.