La investigación del atentado contra Cristina Fernández de Kirchner continúa incorporando los resultados de las medidas de prueba requeridos por la jueza María Eugeniz Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo y, según las últimas evidencias recabadas, los investigadores estiman que Fernando Sabag Montiel y su pareja, Brenda Uliarte, podrían haber estado planificando el ataque con anticipación y que hubo inteligencia previa. De hecho, las filmaciones de cámaras de seguridad que perita la Policía de Seguridad Aeroportuaria, muestran a Uliarte en la zona de Juncal y Uruguay, en los días anteriores al atentado. También se investiga la conexión de ambos con grupos ligados a la extrema derecha.

En las últimas horas se hicieron públicas las fotos rescatadas de la tarjeta SIM y de la tarjeta de memoria del teléfono celular de Fernando Sabag Montiel, que complican aún más su situación y también la de su novia, quien había negado conocer la existencia del arma y las intenciones de su pareja.

En las imágenes se lo ve a Sabag Montiel posando en distintas tomas con la Bersa calibre 32 con la que gatilló a la cabeza de la expresidenta. Pero también se la ve a Uliarte, en una foto sacada desde abajo, que la registra de cuerpo entero con el arma calzada en la cintura. Otras de las imágenes muestra a la pistola junto a las dos cajas de balas secuestradas en el el allanamiento y seis proyectiles sueltos. Los investigadores asumen que todos estos son indicios de una planificación previa. Además, no descartan la participación de otras personas vinculadas a grupos radicalizados de ultraderecha y filonazis.

Indagatorias

En las últimas horas de esta martes, Brenda Uliarte prestó declaración indagatoria y negó su participación en el atentado y también el haber estado en el lugar, pese a que las imágenes la comprometen.

En tanto, Sabag Montiel fue llevado nuevamente a Comodoro Py para ampliar su declaración pero se negó a responder. Sólo tomó la palabra para defender a su novia y dijo que «no tuvo nada que ver»

Según detalló el periodista Raúl Kollman en diario Página 12, el material que entregó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA)  a la jueza  Capuchetti y al fiscal  Rívolo, las fotos y filmaciones de cámaras de la Ciudad de Buenos Aires en las que se los ve llegar a ambos juntos a Juncal y Uruguay,  así como filmaciones de celular e imágenes televisivas, son las pruebas que fundamentan el pedido ampliación de indagatoria a Sabag y la imputación como posible partícipe contra su pareja.

También se analiza la reconstrucción de todo el recorrido que hicieron el jueves pasado antes de llegar a Recoleta; el contenido del celular de Brenda de donde  surgiría material que los comprometen a ambos; parte de lo que se extrajo del teléfono de él pese a la pérdida de parte de la información;  redes sociales; testimonios de cinco amigos de la pareja y y el contenido de los celulares que aceptaron entregar a la Justicia.

Los próximos pasos de la jueza Capuchetti deberán orientarse a definir la situación procesal de Sabag Montiel y Brenda Uliarte. Por el momento continúan detenidos bajo la custodia de la PSA. En tanto, la investigación continuará profundizando con los vínculos de la pareja con organizaciones neonazis y de ultra derecha.

Pasos en falso

La situación de Brenda Uliarte comenzó a complicarse tras sus declaraciones en medios de comunicación en las que aseguró desconocer la existencia del arma y afirmó que hacía dos días que no veía a su novio. Sin embargo, las fotos recuperadas y los videos y filmaciones que forman parte de la evidencia en la investigación contradicen todos sus dichos.

A la luz de lo ocurrido, el dato de que Uliarte había estado en días previos al ataque en la zona de Juncal y Uruguay se vuelve de gran relevancia, ya que se estima que podría haber estado estudiando la zona para avanzar con un plan establecido.

De acuerdo a lo reconstruido hasta ahora, el jueves en que Sabag Montiel perpetró el atentado habían estado juntos en el local de un tatuador en Quilmes, luego fueron en tren hasta Constitución, y allí tomaron un colectivo hacia el Obelisco. Luego, se supone que se trasladaron a pie hasta Juncal y Uruguay, donde habrían llegado unos minutos antes de las 20.

De acuerdo a los resultados de las pericias de la Policía Científica, la pistola tenía el ADN de ambas manos del atacante, que es zurdo. Hay rastros de la mano izquierda en la cacha, el gatillo y la corredera y de la otra mano en el cargador.

En torno a Brenda Uliarte hay mucho aún por desentrañar. Se habla de un durísimo pasado, con antecedentes de abusos cuando era niña y la pérdida de un bebé. Las primeras informaciones que revelan el contenido de su teléfono celular no coinciden con el perfil dado por sus allegados, el de una persona muy callada y tímida, sino que se desprende otra personalidad, incluso que le daba órdenes a su novio.

En cuanto al grupo contra el que apuntan los investigadores, por el momento la información es muy escasa, se cree que se trataría de una organización más bien marginal con fuertes filiaciones con la ultraderecha y el neonazismo.