Las calles de los barrios rosarinos han sido escenario durante los últimos años de una creciente violencia que parece no tener fin. Las balaceras a viviendas en distintos puntos de la ciudad son parte de ese paisaje cotidiano frente al cual los rosarinos parecen ir resignándose. Este martes a la madrugada, una de esas balaceras se desató contra una vivienda ubicada en Pasaje Medici al 4800. Allí viven los abuelos, la madre y la tía de Erica Espinosa, prima de David Campos, un chico de 29 años que en junio de 2017 fue acribillado por la policía en la intersección de Cazadores y Callao.  Antes de que los seis plomos impactaran contra el frente de la vivienda, uno de los atacantes dejó una nota en la que exigían 300.000 pesos a la familia antes de las fiestas o de lo contrario, asesinarían a cualquier miembro de la familia.

«Aparentemente anoche, entre las 23.10 y 23.15 un auto paró frente a la casa de mis abuelos, que está en la zona de Ayacucho al 4800. Parece que alguien se bajó del auto y dejó la nota. El papel decía que antes de las fiestas teníamos que pagarles 300.000 pesos porque sino nos iban a matar a un integrante de la familia. Y después, dispararon seis veces contra el frente de la casa y el auto se fue a toda velocidad… la nota tenía un número de teléfono», contó Erica Espinosa a Conclusión. 

«La realidad es que estamos super desconcertados, no tenemos idea de dónde viene esto ni a cuenta de qué. No sabemos si se equivocaron o de que se trata esto. Mis abuelos estaban durmiendo, y mi mamá y mi tía, que viven con ellos, también. Mis abuelos tienen más de 70 años, mi mamá 66… Son todos laburantes, todos en la familia somos trabajadores. No tenemos esa suma de dinero, ni tenemos deudas de ningún tipo, menos una deuda semejante a la que nunca hubiéramos podido acceder», aseguró la joven mientras repasaba como habían ocurrido los hechos.

Este martes a la mañana, la abuela de Erica, se dirigió a la Fiscalía para hacer la denuncia y para pedir una custodia policial, ya que el miedo pasó a ser un nuevo habitante de la vivienda baleada. Sin embargo, según el relato que Erica realizó a Conclusión, el fiscal Fernando Sosa, de la unidad de Flagrancia le dijo que no había posibilidades de asignar una custodia. Sólo podían ofrecer que un patrullero hiciera rondas en la zona.  «Pero hasta ahora, que son las 12.30 del mediodía, no hubo una sola ronda», señaló la joven.

En ese sentido, Espinosa detalló que sus abuelos están muertos de miedo y que, luego de hablar con los vecinos del barrio, se enteró de que hay varias familias que están pasando por situaciones similares. «Yo no sabía de esto porque vivo a cinco cuadras, en los Fonavi de Grandoli y Gutierrez. Pero hoy, hablando con otros vecinos me enteré que hay varias familias que están siendo amenazadas para que se vayan de sus casas o para que entreguen dinero» contó la joven. Y agregó: «Es la misma situación que vivíamos nosotros en el Fonavi hace un tiempo atrás. Con la intervención que tuvimos hace poco, todos los departamentos usurpados se recuperaron y demás,  pero da la sensación de que esta gente se ha trasladado cinco cuadras más adelante y repite allí lo que hacían en el Fonavi» conjeturó Érica.

«Es decir, yo hablo por lo que me enteré y por lo que intercambiamos con otra gente del barrio. No tengo las pruebas de eso, pero es lo que están percibiendo, lo que están  viviendo ellos. Hay una situación extraña donde están amenazando a muchas familias. Sin ir más lejos, me acaban de compartir una nota que dejaron a uno de ellos que decía «Gil, si no te vas de la casa los vamos a cuetear a vos y a tu familia».

«Varias familias están pasando por la misma situación, recalcó la joven. Nadie dice en concreto quienes son los que están haciendo estas amenazas porque obviamente tienen miedo pero si reconocen que hay como una intención de querer quedarse con las casas del barrio».

«Lo peor es que tenemos mucho miedo -remarcó Espinosa- y es muy difícil que te digan que no te pueden poner una custodia, que te tenés que arreglar con la ronda de los móviles policiales y que esos móviles no pasen nunca».

En cuanto a los disparos, fueron seis en total, todos impactaron contra la vivienda. «Tres sobre una de las paredes, otros sobre el portón. Esta mañana encontramos una vaina servida dentro de la casa», detalló con preocupación.  «Si anoche una persona hubiera estado dando vueltas por la casa, seguramente habría terminado herida, porque además, a la altura que se hicieron los disparos le habría dado en la cabeza. No dispararon contra el piso ni en la vereda, son todos contra al casa y a la altura de la cabeza. Evidentemente hay una intención de asustar», afirmó con seguridad.

Protección o miedo

Erica Espinosa es prima de David Campos, quien junto a Emanuel Medina fueron acribillados a balazos por varios efectivos policiales el 23 de junio de 2017, cuando volvían de bailar. 

La joven reconoce que recurrir a la policía y confiar en la fuerza en estas condiciones no le resulta fácil. «Yo estoy como en una ambigüedad tremenda. Es muy difícil porque uno está parado en la vereda contraria, y sabemos que pedir más policía en la calle no es la solución porque sabemos que matan a nuestros pibes como si fueran nada… pero también es muy difícil decir no pido seguridad y…entonces ¿qué hago? , porque la verdad es que tenemos mucho miedo».

«Igual -reconoció Erica – los policías que vinieron anoche se portaron muy bien, atendieron a mi abuela que estaba descompuesta, nos pidieron que nos quedáramos tranquilos. Y cuando vinieron los de la PDI yo les conté que para mi era muy difícil porque tiempo atrás la policía había asesinado a mi primo».

«Uno no sabe si confiar o no confiar», expresó con angustia. «Porque no sé si se va a resolver, si lo van a investigar como corresponde, como debe ser, haciendo las cosas correctamente, o van a dejar que esto suceda. Nosotros tenemos mucho miedo» remarcó.

En relación a la confianza a la fuerza policial que se llevó la vida de su primo, Espinosa señaló que es la única herramienta. «Lamentablemente no hay otra herramienta para que podamos denunciar y proteger a la familia, no hay otra fuerza a la que podamos recurrir, la jurisdicción es de la policía de Santa Fe y hay que confiar en ellos. Generalmente estas situaciones de balaceras así, esporádicas, contra una casa, no se llega a una solución y todo queda en la nada. Es una realidad muy dura. Yo quiero creer como ciudadana que van a hacer lo correcto, que van a dejar un móvil en la casa de mis abuelos y que a esos policías que van a custodiar la casa de mis abuelos no se les va a escapar un tiro y van a matar a un inocente, que no se les va a escapar un tiro y van a matar a un pibe cuando pase caminando porque tienen miedo, porque se asusten, porque se equivoquen, quiero creer que los van a cuidar a mis abuelos. No es seguro, como no es seguro que esas personas que manden a las puertas de la casa de mis abuelos estén capacitadas como no lo estaban los que dispararon contra mi primo. Mientras que la Justicia no haga su parte, esto va a seguir pasando. Pero yo hoy tengo que tener fe en que las personas que van a estar a cargo de la seguridad de mis abuelos los van a proteger y que ellos van a estar cuidados».