«No deberán valorar a la falta del cuerpo como un descargo, sino como una consecuencia de un plan criminal que fue parcialmente exitoso. Y decimos parcialmente porque a lo largo del debate hemos destruido con las pruebas el estado de inocencia de los imputados en la causa». Así advirtió al Tribunal el fiscal Donato Trotta al comienzo de su alegato de cierre en el tramo final del juicio que se sigue por privación de la libertad y aborto no consentido seguido de muerte a Paula Perassi. Durante las casi dos horas que duró su discurso, Trotta dio por probada su teoría del caso e hizo un recuento de los indicios recogidos haciendo referencia también a lo que considera una estructura desaparecedora a través de la cual los supuestos responsables pudieron cometer el crimen, borrar todo tipo de rastros y desaparecer el cuerpo. Además ratificó los pedidos de penas que planteó al principio del juicio, prisión perpetua para Gabriel Strumia, amante de Paula, Roxana Mitchl, esposa de Strumia, Mirta Rusñisky, acusada de hacer el aborto y Antonio Darío Díaz, mano derecha de Strumia. En tanto, para los 5 policías imputados, penas que van de los 6 a los 16 años.

Cúmulo de indicios

«Desde el principio advertimos que no contábamos con pruebas directas sobre los hechos. Este caso se construyó en la conciencia en la seriedad y en los indicios de los elementos de pruebas que se trajeron a lo largo del debate». Así, Trotta hizo un recuento de los hechos y pruebas presentadas durante el debate y decidió dividirlo en cuatro puntos: la relación entre PaulaPerassi y Gabriel Strumia, el embarazo y el conflicto que desató, el día de la desaparición y los proveedores de impunidad. 

Romance

Según el relato de Trota, todo comenzó en el mes de julio de 2011, cuando ambos iniciaron  una relación clandestina, probada y relatada a través de los chats de la mujer con Jose Freijomil, un amigo de Strumia.«Conocimos esa relación a través del testimonio de Freijomil que declaró sobre chats y comunicaciones que tuvo con Paula Perassi». 

El fiscal detalló como a través de esas conversaciones el Tribunal pudo conocer los sentimientos de Paula, lo que significaba Gabriel Strumia para ella, la irrupción del embarazo en esa relación, que primero supo por un test y luego confirmado por el análisis de subunidad beta que le recetó su ginecóloga, y la confirmación de que el padre era Strumia.  «Lo peor es que no nos cuidamos y lo más peor es que lo hacemos todos los días».

Trotta también recordó que fue acreditado que la mujer ya no tenía relación con su pareja y que hacía tiempo que estaban separados, y señaló que «hubo una clara tendencia de la defensa en hacer aparecer a Ortiz como sospechoso del hecho, pero ha quedado acreditado sobradamente que al momento de la desaparición estaban separados».

Embarazo

Ese embarazo resultó «incómodo» para Strumia, señaló el fiscal y recordó parte de la conversación presentada como prueba, en la que Paula relata: «La semana que viene vamos a ir a un lugar en el que supuestamente me lo van a aspirar», y el chat posterior en el que ella afirma que «no va a poner en riesgo su vida por hacer felices a otros. «Paula tenía miedo de abortar porque tenía un problema en el útero y Strumia lo sabía e insistía en que se realice el aborto», remarcó Trotta.

En otra conversación sostenida el día anterior a su desaparición, el 17 de septiembre de 2011 Paula le dice a Freijomil que esa tarde ambos visitarían al médico para hacerse la intervención. «Amiguis, llegó el día, si no me ves más es porque paso lo peor. Te quiero mucho y sos una personita maravillosa».  En este punto el fiscal apuntó que ese mensaje deja en evidencia el miedo que Paula tenía y que, a pesar de eso, Strumia insitía con el aborto.

Esas consecuencias mortales son las que provocaron que Paula desistiera de hacerlo. «Sabemos que estuvieron en Rosario y llegamos a esa conclusión a través de las comunicaciones telefónicas. El teléfono de Paula no tuvo movimiento desde las 14.04 hasta las 18.10, siendo que su última actividad fue un mensaje a Strumia. Y por otro lado el teléfono de él  no tuvo actividad desde las 13.10 hasta 17.14, siendo que esa comunicación fue captada por la antena de San Lorenzo que cubre el domicilio de Strumia pero no el de Paula».

Según el detalle hecho por Trotta, ese día Paula visitó al médico y en la visita se arrepintió y decidió no seguir adelante con la práctica. Y eso lo sabemos porque Freijomil contó que el 18 Paula lo llamó en varias oportunidades y se lo contó.

Además, el fiscal recordó que ese día 17, Paula llamó a Strumia 24 veces y él no la atendió. «El patrón que había entre ambos era la comunicación diaria, continua. Sin embargo ese día el patrón se alteró, y fue por la negativa de Paula de realizarse el aborto, lo que originó el enojo de Strumia.

Según el fiscal, a raíz de esto, el hombre se vio obligado a blanquear su situación ante su mujer ese mismo día. «Había que planificar algo para que Paula se hiciera ese aborto, por las buenas o por las malas».

Desaparición

«El grado de desesperación de Paula era incalculable, había tomado una decisión que la afectaba emocionalmente porque había confiado en Strumia, hasta habían planificado un nombre para la persona por nacer. Esta desesperación evidentemente descolocó a Paula e intentó comunicarse por todos los medios».

Así llegamos a las 18 horas de ese domingo, hora en que es vista por el mozo del bar de Timbúes, quien declaró en juicio que la mujer llegó al bar, pidió mesa y dijo que esperaba a dos personas.

«Nosotros presumimos en base a comunicaciones que la reunión fue pactada por el hijo de la pareja, Nicolás Strumia, que tiene una llamada bastante extensa, de más de 3 minutos con Paula, previa a la reunión en el viejo bar», explicó Trotta.

Esa reunión duró alrededor de 30 minutos. El testigo reconoció a ambos hombres, uno de ellos era vecino suyo, y el otro fue señalado en una rueda de reconocimiento. El mozo también recordaba a Paula porque se había levantado varias veces para ir al baño, lo que luego fue confirmado por el perro hueso que encontró sus rastros en el bar y en el baño. «No fueron los únicos, hubo una persona mas que estuvo a través de una comunicación telefónica, Paula recibió una comunicación del fijo de la casa de Strumia que duró 7 minutos. Y la única que estaba en esa casa era la señora Mitchl, aunque la defensa quiso demostrar que se trataba de Nicolás Strumia«.

A partir de allí, el fiscal Trotta se concentró en las últimas horas. «La noche del 18 de septiembre Paula se encontraba en su casa y a las 20.46  recibió un llamado del número de una cabina telefónica ubicado en Dorrego y 3 de febrero de San Lorenzo, ese locutorio se encuentra a una cuadra de las casa de Paula. Fue el último llamado que recibió antes de la desaparición».

El funcionario apuntó que «a las 20.40 Strumia no estaba en su casa. A las 20.48 lo tomó una antena de San Lorenzo que cubre el domicilio de Paula. Y esa llamada la realiza Strumia de su teléfono. Llama a su casa y la comunicación duró 46 segundos. Después de esa llamada, y hasta las 21.54 su teléfono recibe 21 llamadas del fijo de su hogar y una de su hijo. 21 llamados nos marcan el domino funcional que tenía la señora Mitchl, que quería saber y estar al tanto sobre lo que había pasado con ese plan que había comenzado a ejecutarse».

Trotta relató entonces que Paula salió de su casa para encontrarse son la única persona que podía hacerla salir a esa hora un domingo, su amante, el hombre en quien había depositado toda su confianza. Y el llamado se hace desde el locutorio porque evidentemente no había que dejar huellas y rastros.

«Paula salió engañada, después de cenar con su pareja, Ortíz de Elguea, quien dijo que salió con una carterita y nada más. Nada hacía presumir que no volvería a su casa y sale a partir de ese llamado», afirmó Trotta, y agregó: «Y, en contra de su voluntad, comenzó la ejecución del plan».

Para el fiscal, Paula fue llevada contra su voluntad a Timbúes en el auto de Díaz, a la casa de Mirta Ruñisky, la encargada de realizarle el aborto. Eso se deduce del rastro que encontrado por el perro hueso en el auto de Díaz.