Este martes comenzó el juicio contra el hombre acusado del femicidio de Noelia García, una joven de 29 años asesinada en octubre de 2018 y cuyo crimen fue investigado, durante casi un año, como una muerte dudosa. Sin embargo, tras el testimonio fundamental de una de las hija de la víctima, la causa dio un giro de 180 grados y hoy, su ex marido se sienta en el banquillo de los acusados para enfrentar los cargos que le achaca el fiscal Gastón Ávila: homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género.

El crimen

La madrugada del 23 de octubre de 2018, alrededor de las 4.30 de la madrugada, Gerardo N. llamó a la policía porque había encontrado muerta a su ex esposa. Cuando los efectivos policiales arribaron a la vivienda de barrio Empalme Graneros, el cuerpo de la mujer estaba tendido en la cama y tenía un cable alrededor del cuello. Según el relato del acusado, al llegar a la casa la había encontrado colgando de un perchero y la bajó pensando que aún estaba con vida.

Durante las primeras instancias, la investigación se centró en la hipótesis del suicidio y estuvo a cargo de la Fiscalía de Homicidios Culposos. Sin embargo, las pesquisas en la escena del crimen, las pruebas recolectadas en el lugar y ciertas contradicciones en el testimonio del hombre abrieron un panorama de dudas ante la fiscal Valeria Piazza Iglesias, que le dio intervención a la Unidad de Homicidios Dolosos. Una prueba clave en este giro fue el relato que en Cámara Gesell hizo una de las hijas de Noelia, de 9 años, y que había venido con ella desde Buenos Aires.

De acuerdo a la investigación y pruebas recolectadas, esa noche el acusado habría atacado a Noelia, poniéndole una frazada en la cara para que no grite, y ahorcándola con el cable con el que dijo que se había colgado. Entre esas pruebas presentadas por la fiscalía, la más contundente fue, sin dudas, el testimonio de la hija de la joven, quien contó que esa noche la despertaron los gritos de su madre y cuando se levantó vio a Gerardo N. sobre ella, asfixiándola. Cuando le pidió que la soltara, él le contestó que la estaba ayudando a respirar.

El 17 de septiembre de 2019, Gerardo N. fue imputado por el presunto femicidio.

Noelia

Noelia Elizabet García tenía 29 años y era oriunda de Monte Grande. En el año 2009 se mudó a Rosario siguiendo a Gerardo, con quien tuvo 3 hijos y convivió en una casa ubicada en Juan B. Justo al 5800. En el año 2014, pidió una exclusión del hogar y se mudó nuevamente a Buenos Aires.

Tiempo después, su ex marido decidió traer a sus hijos a vivir con él a Rosario y la joven comenzó a viajar regularmente para visitarlos. Para eso había llegado a la ciudad, junto a su otra hija de 9 años, ese 23 de octubre en que fue asesinada.

El juicio

Durante la primera jornada, el fiscal Gastón Ávila expuso la teoría acusatoria ante los jueces Hebe Marcogliese, José Luis Suárez y María Trinidad Chiabrera y detalló que tanto durante la relación de pareja como cuando ya estaban separados, el vínculo estuvo signado por la violencia de género física y psicológica que el imputado ejercía sobre García.

La madrugada en la que murió, Noelia se había quedado a dormir en la casa de su ex pareja en Rosario para estar con sus hijos y Gerardo N. se habría enterado que ella se quería llevar a sus hijos con su nueva familia, por lo que decidió estrangularla con una cable mientras la sofocaba con una frazada para que no se escucharan sus gritos. Luego, para tratar de quedar impune, dijo que Noelia se había suicidado.

El fiscal aseguró que las pruebas no dejan dudas que se trató de un femicidio. La principal es el testimonio de una de las hijas de Noelia, quien aquella madrugada se despertó por los ruidos y vio cómo mataban a su madre. Al concluir, calificó el hecho como homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género, y pidió al tribunal que condene a Nievas a prisión perpetua.

La defensa

Por su parte, la defensa, a cargo de María Eugenia Carbone, buscó desvincular al acusado del crimen, alegando que aquella noche se encargó de llamar al servicio de emergencias y buscar ayuda con su hermano y su madre para que atendieran a Noelia. También remarcó que estuvo presente cuando llegó la policía y fue quien les explicó lo sucedido. Además, en los días posteriores se encargó de buscar asistencia profesional para los niños y siempre estuvo a disposición de la Justicia.

La letrada también cuestionó que, de existir el contexto de violencia de género señalado, la víctima eligiera quedarse en la casa de su ex marido cuando podría haberse quedado con cualquier otro conocido o familiar, a lo que Gerardo N. no se oponía porque quería fomentar la buena relación de sus hijos con su madre.

Por último, la defensora atacó la principal prueba testimonial, alegando que el acusado no tenía buena relación con esa niña en particular, que no era su hija y recordó que, desde el principio, Gerardo N. mantuvo siempre la misma versión de los hechos.

Así, Carbone sostuvo la declaración de inocencia del imputado y solicitó la absolución.