Finalmente llegó el fallo que tal vez pueda traer algo de paz a la familia de María Celeste Encina, la mujer de 31 años que en abril de 2018 fue quemada viva por quien entonces era su pareja. Este martes Rubén Ezequiel Juan fue condenado a prisión perpetua por el femicidio.
El tribunal conformado por los jueces José Luis Suarez, Ismael Manfrín y Alejandro Negroni decidió escuchar el pedido de la fiscal Marisol Fabbro y sentenciar a Juan a cumplir cadena perpetua por el delito de homicidio doblemente calificado por la relación de pareja mediando violencia de género.
El crimen
María Celeste Encina murió el 28 de abril de 2018 en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Llevaba tres días de agonía, desde que su pareja, en medio de una discusión, la roció con alcohol y le prendió fuego. La mujer de 31 años ingresó al Heca inconsciente, con el 30% del cuerpo quemado con zona el cuello, tórax, espalda y rosto muy afectadas y vías respiratorias muy comprometidas y, a pesar de los esfuerzos médicos, no logró sobrevivir.
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El femicidio de María Celeste dejó a cinco hijos, que en ese momento tenían entre 6 y 15 años sin madre. Según los testimonios de sus familiares y amigos, la violencia era moneda corriente en la casa en la que la víctima fatal convivía con el acusado. La hija de 13 años declaró, oportunamente ante la fiscalía, que el imputado acostumbraba a pegarle a la madre hasta desmayarla y luego la hacía reaccionar con una botella de alcohol.
En sus relatos, Rubén Ezequiel Juan había dado diversas versiones de lo que ocurrió aquel día. Dijo que el fuego había empezado porque explotó la cocina, luego que se trató de una olla eléctrica y finalmente, que María Celeste se había prendido fuego porque él se quería separar. Sin embargo, las evidencias médicas contradijeron esas versiones y las pruebas recabadas, entre ellas, la botella de alcohol escondida en el armario de la habitación, apuntaron a que él fue el responsable de prenderle fuego a la joven.
