Un hombre fue condenado este lunes a prisión perpetua por haber asesinado de un tiro en la cabeza a su ex pareja, Valeria Coppa (29), en enero pasado en las escalinatas de la Catedral de la ciudad rionegrina de Bariloche, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Mariano Cordi (41), quien la semana pasada ya había sido declarado culpable del delito de “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”, luego de que él mismo reconoció haber cometido el hecho.

El Tribunal de Juicio de Bariloche, integrado por los jueces Marcelo Barrutia, Bernardo Campana y Héctor Leguizamón Pondal, resolvió esta tarde que al hombre le correspondía la pena de prisión perpetua, tal como lo habían solicitado la fiscal Betiana Cendón y la abogada querellante Natalia Araya.

De esta manera, los magistrados rechazaron el planteo del defensor particular Marcelo Ganuza, quien había pedido una pena de 12 años por considerar que existieron “circunstancias extraordinarias de atenuación”.

Sobre esa cuestión, el tribunal consideró que “ser un adicto y su dependencia” a las drogas -argumento sostenido por la defensa- “hablan a las claras de una situación ordinaria, una forma de vivir y existir con la realidad que comprende dificultades y conflictos”.

“En modo alguno refiere ello una situación de carácter excepcional, si es que su habitualidad de consumo se pretende como eximente o como atenuante”, señalaron los jueces en su fallo.

Para el tribunal, “los momentos previos a la cita que llevó al encuentro entre Cordi y Coppa no demuestran situación excepcional o impensada, más bien existió un ordenamiento de conductas tendientes a dar muerte a la citada”.

“Tampoco existió conducta alguna para revertir el resultado luego de efectuado el disparo, como podría haber sido una situación de auxilio que permitiera evitar el deceso, y que sí hubiera significado una situación de arrepentimiento. Al contrario, se abandonó a la víctima a su suerte”, se indicó en el fallo conocido minutos después de las 13, en una sala de audiencias colmada de familiares y amigos de la víctima.

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De hecho, al momento de conocerse el monto de la pena, el público estalló en aplausos, abrazos y llantos.

“Me la mataste… me la mataste…”, le dijo Marianela Ubilla, madre de Coppa, a Cordi, mientras que efectivos del Cuerpo de Intervenciones Especiales Penitenciarias (CIEP) de Río Negro lo retiraban esposado del recinto, en el que se lo vio con casco y chaleco antibalas.

Cuando pronunció sus “últimas palabras” en la anterior audiencia, Cordi pidió “disculpas” por lo que hizo, pero la madre de la víctima dijo que ella no cree que haya sido sincero.

En tanto, fuentes judiciales informaron que, por el momento, el condenado seguirá preso en Bariloche, adonde fue trasladado el lunes de la semana pasada, cuando comenzó el juicio, desde el hospital de la cárcel federal de Ezeiza, en la que fue alojado a partir de marzo último.

El debate comenzó aquel lunes con un «acuerdo parcial» entre las partes, en el que la fiscal Cendón mantuvo la acusación formulada durante la instrucción de la causa y leyó las principales pruebas contra Cordi, como los mensajes de Whatsapp que intercambió con la víctima para encontrarse en el lugar donde poco después de ese diálogo ocurrió el crimen.

De acuerdo a la fiscal, tanto el arribo de Cordi como la presencia de Coppa en las escalinatas quedaron registradas por las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del lugar y sus alrededores.

Por su parte, la defensa estuvo de acuerdo con los cargos expuestos por la fiscal Cendón, al tiempo que Cordi reconoció ante el tribunal que asesinó a Coppa con un arma de fuego que él mismo fabricó.

Ante el acuerdo parcial, el tribunal dio a conocer su declaración de responsabilidad y, luego, pasó a la etapa de «cesura», en la que las partes realizaron sus respectivos pedidos de pena.

Coppa, madre de una adolescente y una nena, fue asesinada por la espalda en las escalinatas de la Catedral de Bariloche cerca de las 16 del 29 de enero último.

Mientras ella permanecía en el suelo junto a su bicicleta, Cordi caminó hasta su auto estacionado en las inmediaciones y se fugó hacia el Cerro Carbón, a 20 kilómetros de Bariloche, donde lo encontró la Policía el 1 de febrero herido, ya que se había disparado en la cabeza.