Marisol Ghilardi tenía 23 años y tres hijos de 7, 5 y 3 años. Hacía tan sólo 9 meses que había comenzado una relación con Yamil L. a quien conoció en el barrio y quien la sometió a un calvario que terminó el pasado 22 de octubre cuando la joven falleció con el 60% del cuerpo quemado luego de  varios días de agonía.

«La roció con thinner y le prendió fuego. Ella se tiró al piso, tratando de apagarlo, y mientras estaba en le piso le siguió tirando thinner», contó Florencia, cuñada de Marisol, a Conclusión.

Lo que se repite en el relato de sus familiares son los fragmentos de una realidad que fueron construyendo, en medio de la tragedia,  con lo poco que sabían y el aporte de las amigas de la joven.

Yamil L. ejercía un férreo control sobre su esposa, la seguía, no la dejaba salir, la obligó a renunciar a su trabajo, estuvo internada varias veces a causa de los golpes, la obligó a tatuarse su nombre en el cuello y a usar su ropa para que no se le marcara el cuerpo, no la dejaba usar celular, le controlaba el Facebook…

Florencia se lamenta y remarca que «la familia no sabía lo que estaba pasando». «Hay muchas cosas que no sabíamos, y que nos enteramos por sus amigas cuando Marisol estaba internada. Él la encerraba en la casa y cuando ella salía, a la vuelta, él le hacía bajar los pantalones y la revisaba para asegurarse que no había estado con otro hombre».

Florencia, esposa del hermano de Marisol Ghilardi, detalló que se trató de una relación de nueve meses. «Se conocieron y a los tres meses se casaron. Nosotros nos enteramos del casamiento por el Facebook. Él planeó todo, le sacó el documento para sacar el turno en el registro civil y sólo asistió la familia de él. A nosotros no nos dijeron nada».

Marisol estuvo internada al menos tres veces después del casamiento. Una vez en el hospital Eva Perón, cuando perdió un embarazo a causa de los golpes, en otra ocasión con un codo dislocado y una tercera vez, en el hospital Alberdi, con traumatismo de cráneo.

Cuando murió, luego de que su marido la rociara con solvente y le prendiera fuego, la  versión oficial que trascendió fue que ella misma se había incinerado. Fue entonces que las amigas se acercaron a la Fiscalía para contar lo que sabían. Allí se dieron cuenta que cada una conocía una parte diferente de la historia, sólo lo que ella se iba animando a revelarles».

«Ojalá nos hubiera contado… y las amigas también. Ojalá nos hubieran dicho lo que pasaba», se lamenta su cuñada. «Una vez le dio un botellazo en la cabeza y tuvo traumatismo de cráneo, otra vez, le tiró una maceta en la espalda y la hizo caer de boca al piso. A mi me dijo que el embarazo lo había perdido mientras tenía relaciones, pero a la madre le contó que fue en forma natural. Supongo que tenía miedo y por eso no nos decía lo que en verdad pasaba».

Un violento con historia

El 21 de octubre el fiscal Ademar Bianchini imputó a Yamil L. por el delito de tentativa de homicidio agravado por mediar violencia de género en carácter de autor. Tres días antes, Marisol Ghilardi había ingresado de la mano de su marido al Hospital Alberdi con más de la mitad del cuerpo quemado. El joven relató que estaban discutiendo y ella se roció con el solvente y accidentalmente se prendió fuego.

Sin embargo, algo llamó la atención a quienes los atendieron y luego, al fiscal. La ropa de Marisol estaba limpia e intacta. Por esa razón, la investigación tomó otro curso. Cuando allanaron la casa del matrimonio encontraron, en una bolsa de basura, la ropa que la víctima tenía puesta cuando ardió en llamas.

Con el correr de los días salieron a la luz los detalles ocultos. Así fue como se supo que cuando Yamil L. tenía 17, años en octubre de 2017,  le había disparado a su novia de ese entonces en los genitales.

Ana Laura tenía 16 y en ese momento dijo que fue un accidente. El impacto le entró cerca de la vagina y le perforó el intestino y la vejiga. La joven  estuvo cuatro horas en cirugía y logró salvar su vida por poco margen. Los médicos no pudieron sacar la bala que quedó alojada en el hueso de la cadera y estuvo varios meses con sonda y un ano contra natura.  Al igual que ocurrió con Marisol, la adolescente fue ingresada al Hospital Alberdi y la versión policial que trascendió es que se trató de un accidente.

Desde la Asociación de Mujeres Resilientes informaron que la madre de Ana Laura, quien se radicó en Córdoba, se comunicó con ellos y se puso a disposición para relatar lo sufrido por su hija y ayudar en que esos crímenes no queden impunes.

«Me va a matar a palos»

El día en que todo ocurrió, Marisol le dijo a una de sus amigas que tenía miedo de volver a su casa. Habían estado discutiendo y ella se fue de la casa al mediodía y pasó el resto de la jornada con su amiga.

«Hasta el día de hoy no sabemos por qué volvió» reflexionó su cuñada. «Le dijo a su amiga que tenía miedo, que cuando volviera la iba a matar a palos. Me pregunto por qué volvió…

Florencia afirmó que para que la joven tome esa decisión, la madre de Yamil hizo de cómplice. «Ella llamó a la suegra y le preguntó como estaba todo y ella le dijo que volviera sin problemas, que Yamil estaba tranquilo».

Pero cuando Marisol llegó a la casa, su marido la esperaba con un bidón de thinner. «La madre sabía lo que iba a hacer. Además, lo ayudó a cambiarle la ropa», acusó Florencia. «Ella llegó al hospital con ropa limpia, sin rastros del fuego. Según lo que nos dijeron de la PDI, ella se tapó la cara y se tiró al piso y él le siguió tirando thinner. Cuando trataron de apagar el fuego, la madre y la hermana la desvistieron, le pusieron ropa limpia y escondieron la otra en una bolsa».

Esas prendas quemadas y empapadas por el solvente fueron encontradas luego, cuando el fiscal Ademar Bianchini ordenó el allanamiento a la vivienda y la detención de Yamil.

Yamil fue detenido e imputado por tentativa de homicidio. Marisol agonizó durante cinco días y falleció en la mañana del 22 de octubre. Su familia espera ahora que se conozcan los resultados de la autopsia para que el fiscal pueda recalificar la causa y juzgarlo por homicidio calificado por mediar violencia de género y femicidio.