por Florencia Vizzi

Esta semana la sombra de Los Monos volvió a las primeras planas. Así quedó expuesto en la audiencia en la que el fiscal Luis Schiappa Pietra imputó a Maximiliano D., de 32 años, como organizador y ejecutor de la balacera contra el casino City Center que se cobró la vida de un hombre que, como comunmente se dice, «no tenía nada que ver».

Las noticias policiales suelen quedar unas horas en los lugares principales de los portales y luego, poco vuelve a saberse de ellas, salvo que se trate de casos muy resonantes. Sin embargo, los crímenes de los cuales los cronistas dan cuenta a diario, quedan a cargo de fiscales e investigadores  que tratan de seguir sus pistas. Así, algunos de los ataques a balazos ocurridos durante 2019 fueron acumulando evidencias y pruebas en las diferentes fiscalías y comenzaron a develar una trama de extorsiones y aprietes por venta de protección a comerciantes y algunos sindicalistas.

Detrás de esos rastros, apareció por primera vez la figura de Maximiliano D., más conocido como «Cachete». El apodo se repetía en diversas denuncias y relatos de personas amenazadas para que paguen por protección, incluídos miembros del sindicato de taxistas, lo que motivó la intervención de sus líneas telefónicas.

Los investigadores comenzaron a prestar más atención cuando  el martes 7 de enero, una de sus líneas recibió un llamado de «Guille» Cantero, alojado en el penal de Marcos Paz. En un tramo de esa conversación, Cachete le dice al líder de Los Monos «… boludo, todo bien, ahí ya tipo 8 voy un ratito ahí al City a ver que onda». A lo que el Guille responde: «Si, si, si, fijate bien, hacemo bien, a ver si nos dan algo bien piola». 

Cuatro días después, una lluvia de balas roció el lateral vidriado del Casino City Center de Rosario. Entonces, todo comenzó a tener sentido.

Una víctima inesperada y los conocidos de siempre

Enrique Encino tenía 64 años, era contador y desde hacía varios años se desempeñaba como gerente del Banco Nación de Las Parejas. La fatalidad del destino quiso que el sábado 11 de enero, a poco de dar las 11 de la noche, decidiera hacer un parate en la ronda de juegos que llevaba hacía unas horas en la casa de apuestas rosarina para fumar un cigarrillo. Una artera sincronía lo ubicó en el sector de fumadores ubicado sobre calle Moreno al 6400 justo en el momento en que, desde una moto, dispararan 6 veces contra el balcón vidriado. Uno de esos proyectiles impactó en el cráneo del contador, que falleció 11 horas después en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.

La vida truncada de Encino echó luz sobre las últimas conversaciones grabadas de la línea pinchada de «Cachete». La ya citada, que mantuvo el 7 de enero con el líder de la banda de Los Monos, Maximiliano «Guille» Cantero, y otras anteriores. Entre ellas, destaca la que sostuvo el día de reyes con otro integrante de la banda, Carlos «Toro» Escobar, un mecánico oriundo de villa Gobernador Gálvez que cumple una condena de 11 años por homicidio.

El «Toro» tiene frondoso prontuario y es un conocido protagonista de crónicas policiales. En el año 2013, saltó a las primeras planas por denunciar por extorsión a empleados  policiales, y en el año 2018 fue acusado de liderar una banda narco desde la cárcel. A mediados de 2019 debió ser hospitalizado luego de sufrir graves quemaduras en un incendio en su celda del penal de Coronda.

Ahora alojado en el penal de Ezeiza, Toro parece estar también implicado en el crimen del Casino y así lo revela uno de los intercambios que sostuvo con Cachete.

Toro: Escuchá, mañana el temita del ca ¿lo hacen ustede o quere que lo hagamo?

Cachete: ¿El temita del que??

Toro: Del casino de ahi…

Cachete: Ah, para el miércoles.

Toro: Mañana que es? Martes…?

Cachete: Ese… quiere que lo haga con el pibe que este que está conmigo. Porque yo le había dicho a él justo.

Toro: «El pibe este iba. Iba a ir él, y si querés se hace con el pibe tuyo». 

Cachete: Bueno, el pibe este tiene auti, tutu, algo? De última para que lo levanten de ahí, que arreglen ellos, yo le iba a tirar una monedita ahí. 

Toro: Sí, sí, yo tengo a lo pibe, tiene la moto boludo.

Cachete: Ah bueno, decile que hablen con el mío. 

Toro: Hablá y decí,  vo hablá y decile nomas que le manden curso y después que hablen conmigo decile. 

Cachete: Si ,si , quedate tranquilo…

Causas paralelas

El fiscal Luis Schiappa Pietra imputó a «Cachete» por homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Argumentó largamente sobre el rol que cumplió en el crimen, reclutando a los ejecutores y proveyendo armas y vehículo. Además, remarcó que de ninguna manera los autores podían desconocer la posiblidad de un resultado fatal considerando que el atentado ocurrió en una hora pico del casino como lo es el sábado a la noche, el día que mayor cantidad de gente hay. En tanto, el juez de primera instancia Rafael Coria aceptó la imputación y dicto la prisión preventiva por el plazo de ley, es decir, por dos años.

Pero el atentado contra el Casino terminó de develar una trama que desde hace meses viene siendo investigada, el negocio mafioso del amedrentamiento para exigir dinero a cambio de protección.

En ese sentido, el fiscal nombró varias investigaciones paralelas en las que aparecería implicado Cachete, que se presenta ante sus víctimas como hombre de Los Monos y habla en nombre del «Guille» Cantero.

Una de las causas más conocidas son los ataques a balazos a miembros del Sindicato de Taxis, incluído Horacio Yanotti, el actual titular del gremio que desplazó al investigado Horacio Boix, a quien acusó de pagar por protección a una organización criminal. «Si no hay plata, hay balas», fue una de las amenazas que le habría espetado a Yanotti.

También se detallaron declaraciones de testigos de identidad reservada. El titular de una Toyota Hilux quien, al momento de venderla, fue contactado por Cachete que a su vez lo puso en contacto con el líder de Los Monos. El «Guille» lo acusó de quedarse con un dinero de un tal «Diente» y le exigió un pago de 20.000 dólares y la camioneta.

Otro testigo en iguales condiciones, que tiene un comercio en un local céntrico relató otra maniobra extorsiva y contó a los investigadores que se presentaron dos personas en su negocio que «venían de parte de Guille Cantero y querían hablar». Una de esas personas se identificó como Maximiliano D. y le exigió el pago de 5000 dólares a cambio de no rociarle de balas el negocio y no lastimar a los miembros de su familia.

A ese detalle brindado por el funcionario judicial se suman otros intercambios teléfonicas y pruebas recabadas en los últimos allanamientos.  De acuerdo a lo que manifestó el fiscal Schiappa Pietra en diálogo con este medio, las investigaciones recientes les han dejado clara una práctica que se repite, «aunque no se puede aún realizar acusaciones en todos los casos». Los funcionarios judiciales tampoco descartan posibles futuras imputaciones contra Guille Cantero.