Dylan Valenti y Brian Molina fueron ejecutados con múltiples disparos el 30 de septiembre de 2021, en un camino rural en el extremo sudoeste de Rosario. A metros de ellos, sus matadores dejaron un cartel en el que se leía: «Con la mafia no se jode» y tenía el dibujo de una corona debajo. La saga violenta detrás de ese crimen fue develada este fin de semana, cuando cuatro personas quedaron detenidas en prisión preventiva luego de ser imputados por homicidio calificado. Los cuatro habían sido detenidos el pasado jueves, en una serie de allanamientos.

El crimen del «Inválido» y una sangrienta venganza

A las 5.30 de ese mismo 30 de septiembre, un grupo de personas vestidos como efectivos policiales destrozaron con una maza la puerta de una vivienda ubicada en Fontana al 3100, en barrio Nuevo Alberdi, irrumpieron gritando ¡policía policía! y desataron una inaudita lluvia de balas. Allí vivía Julián Manuel Zanier, un joven de 25 a quien, cuatro años atrás, un disparo en la médula había dejado en silla de ruedas, junto a su esposa, su hijo de cuatro años y su cuñado.

En primer lugar dispararon siete veces contra el perro pitbull que estaba en la propiedad para luego concentrarse en Zanier, que recibió 32 plomos, siete de ellos en la cabeza. También hirieron con 15 balazos al cuñado, pero éste sobrevivió, al igual que la mujer y el niño, que no resultaron heridos. En la escena se levantaron 69 vainas servidas. 

Zanier tenía un largo historial en el mundo del hampa y el tráfico de drogas y era investigado por varios homicidios, entre ellos el crimen de Brian Yedro, el hijo del ex secretario general del Sindicato de Cadetes, y su muerte desató una enloquecida sed de venganza que terminó con el crimen de Dylan Valenti y Brian Molina.

Desenlace fatal

De acuerdo a lo expuesto este domingo en la audiencia en la que el fiscal Alejandro Ferlazzo imputó a Jorge Andrés C. Denise Amancay C. y Sebastián Ezequiel R. y Alexis Daniel Z. el brutal homicidio de los jóvenes de 18 y 22 años fue parte de la venganza desatada por los hombres del «Inválido», quienes estaban seguros que Dylan lo había entregado y señalado el lugar en el que se escondía. 

«El grupo había buscado durante todo el día a Dylan Valenti para causar su muerte en venganza por el homicidio de Julián Zanier, ocurrido a la mañana de ese mismo día. A Dylan lo encontraron en el momento en que estaba de manera fortuita con su amigo Brian Molina, y así los imputados planificaron la ejecución por venganza, en un lugar completamente aislado», expuso Ferlazzo en la audiencia imputativa, en la cual también quedó de manifiesto que la muerte de Brian fue algo así como «un daño colateral», ya que el muchacho no tenía conexiones de ningún tipo con el universo del delito, más allá de su amistad con Valenti, y fue asesinado para «procurar su impunidad».

Según la investigación, alrededor de las 20.30 del 30 de septiembre, luego de dar con ellos, los acusados trasladaron a ambos jóvenes a la zona de Las Palmeras y Uriburu, donde llegaron en dos autos, uno de ellos era el Volkswagen Suran de Molina, y una moto. Una vez en el descampado, los obligaron a bajar de los vehículos y los ejecutaron. Dylan recibió dos tiros en el pecho, otro en la cara y un cuarto en la cabeza y Brian acusó un plomo en el pecho y dos en la cabeza.

«Luego de cumplir con su objetivo dejaron junto a los cuerpos de las víctimas una nota que rezaba “con la mafia no se jode”, y abandonaron el vehículo Volkswagen Suran, color gris, propiedad de Brian Molina. Seguidamente, sustrajeron el celular de las víctimas y los aros redondos de oro con un grabado y un anillo de oro de Brian Molina y se dieron a la fuga del lugar».

Ferlazzo imputó a los cuatro sospechosos por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego calificado por el concurso premeditado de más de dos personas homicidio agravado por el uso de arma de fuego calificado por el concurso premeditado de más de dos personas y por su conexión -criminis causa- (víctima Brian Molina), hurto agravado y portación ilegítima de arma de fuego de guerra.

La jueza de Primera Instancia, Valeria Pedrana dio por formalizada la audiencia y dictó prisión preventiva por el plazo de ley para todos los imputados.