Por Florencia Vizzi

«Se observaba una persona que estaba dentro del vehículo, de sexo masculino y estaba siendo atendido por el Sies. Luego se acercó la doctora y me informó que estaba óbito».  Con este relato, el primer testigo convocado por la Fiscalía que se sentó frente al Tribunal dio cuenta de algunos de los tramos de aquella fatídica tarde en que una balacera acabó con la vida de Martín «Fantasma» Paz.

La  primaveral tarde del sábado 8 de septiembre de 2012 fue el escenario en el cual se desató el crimen de Martín Paz, quien fue acribillado a balazos mientras lucía su recién estrenada cupé BMW color blanco, en la cual también viajaba su mujer y se pequeño hijo. El ataque comenzó en el semáforo de Entre Ríos y 27 de Febrero y terminó en la zona de Corrientes al 2600. Paz intentó huir, pero fue perseguido por la Yamaha  250 negra, cuyo ocupante siguió disparando hasta lograr su objetivo. Finalmente, el «Fantasma», fatalmente herido, terminó embistiendo algunos de los autos estacionados por Corrientes, y allí falleció, dentro de su flamante vehículo.

Pablo Orellano, uno de los testigos que desfiló este lunes en la cuarta, y muy extensa, audiencia del tramo del juicio que se dedica a esclarecer la existencia de una supuesta Asociación Ilícita era, en aquella época, sumariante de la comisaría 5° y fue convocado al lugar de los hechos y encargado de convocar al gabinete de la policía científica y, luego, de secuestrar los tres teléfonos móviles hallados en el auto de Martín Paz. Sobre esos teléfonos y su peritaje versó una buena parte de esta jornada de debate.

La deuda, el Monchi y el Pájaro

Para hablar sobre el contenido de esos teléfonos encontrados en el vehículo de Martín Paz, dos Nextel y un LG de «los viejos, con tapita», fue convocado  Roberto Vera, responsable de realizar el peritaje de los mismos.

Vera detalló las pericias realizadas en dichos análisis, agenda teléfonicas, mensajes entrantes y salientes y llamadas, realizadas y recibidas.  En ese sentido, la Fiscalía se concentró en demostrar que en la lista de contactos de Martín Paz figuraban algunos de los tantos imputados o involucrados  en la causa.  Por ejemplo, en uno de los móviles figuran agendados teléfonos con los nombres Monchi, Pájaro, Tarta y Guille y Machado.

Además, se leyeron mensajes en los que se evidenciaría una probable  relación con las fuerzas de seguridad. Por ejemplo, el mensaje recibido el 2/9/ 12:  «Se pudrió todo con los bichos verdes. Es un desastre porque algunos estaban en otro bando, los agarraron y mandaron a llamar a muchos más gendarmes para que vengan a ayudar».

En tanto, por parte de las Defensas, el esfuerzo estuvo centrado en dejar en claro, a través de las escuchas, una deuda que  Martín Paz reclamaba, con voraz insistencia, a un tal Diego, la cual podría estar encadenada al violento final del Fantasma. O al menos, en ese sentido parecían direccionarse los esfuerzos de los letrados defensores.

En otros mensajes se habla específicamente del «búnker», aunque sin mayores detalles: «Llamame. La que está en tu bunker», rezaba el texto recibido, y también de algunos intercambios de dinero que, al menos, se prestan a suspicacias, como por ejemplo: «Amigo a cuanto eso, así tengo la plata».

Pero algo que sí destacaron los defensores es que en ninguno de los tres teléfonos figuraban intercambios de mensajes o llamados con Claudio «Pájaro» Cantero y Ramón «Monchi Cantero» Machuca.

Operación Sicarios y lo que la Brigada Operativa dejó

La larguísima jornada tuvo momentos sumamente trabados, sobre todo, durante el testimonio del comisario Cristian Romero. Discusiones permanentes entre las Defensas y la Fiscalía, intervenciones varias, presentación de pruebas de extensos legajos y llamadas de atención del juez Ismael Manfrín signaron la segunda mitad de la audiencia del lunes.

Cristian Romero ocupaba el puesto de jefe de la División Judiciales, cuya disuelta Brigada Operativa condujo toda la investigación, con el aval del juez Juan Carlos Vienna. Con momentos de extremado tecnicismo, Romero departió sobre la construcción de la causa y los vericuetos de la investigación.

Interrogado una y cien veces sobre la hipótesis que en esa época manejaban, Romero relató que comenzaron investigando el crimen de Martín Paz, y siempre se trabajó sobre esa teoría, que era que lo habían ejecutado porque tenía una «deuda impaga». Sin embargo, en varios momentos admitió que seguían las pistas del «trabajo de calle», en las cuales se abordaba una teoría llamada «Operación Sicarios», que investigaba una supuesta banda dedicada a producir atentados, daños, lesiones, homicidios y que, además, vendían protección a otras bandas con el objetivo de beneficiarse económicamente.

Una y otra vez se interrogó a Romero que razones llevaron a cambiar la hipótesis de la investigación, que él mismo definió como una «ejecución con características de sicariato» y de igual forma una y otra vez se volvió sobre el parte presentado el 22 de abril de 2012, elevado al juez Juan Carlos Vienna, en el cual se piden las intervenciones de varios teléfonos, entre ellos el de Ramón Machuca y de Guille Cantero.

En la mayoría de esos interrogatorios, Romero se escudó en que esos detalles no los podía dar él, sino la gente que «hacía el trabajo de calle», sus subalternos, algunos de los cuales, como el subcomisario Luis Quevertoque, Ariel Lotito y Raúl Saccone,  prestarán testimonios en las próximas horas.

Las Defensas trabajaron arduamente a fin de conseguir demostrar lo que se vienen proponiendo desde el inicio del juicio, que es que las escuchas a algunos integrantes del  Clan Cantero, sobre las que se basa casi toda la evidencia de la Fiscalía, son inválidas e ilegales, puesto que se gestaron en el marco de una manifiesta parcialidad de parte del juez Vienna. Dicha parcialidad se fundamentaría en una probada relación cercana con Luis Paz, padre de Martín, teñida además, de una importante injerencia del Poder Político en la causa. Habrá que ver si ese argumento puede prosperar, teniendo en cuenta que esa evidencia ya ha sido admitida en el juicio, en diversas instancias judiciales anteriores y varios son los camaristas que se expidieron a favor de su admisión como prueba.

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