El teléfono celular de Fernando Pastorizzo, asesinado a balazos el 29 de diciembre pasado en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, y el de su ex novia Nahir Galarza, única detenida por el crimen, serán analizados por peritos de Gendarmería Nacional a pedido del fiscal de la causa, informaron fuentes judiciales.

Así los dispuso en las últimas horas el fiscal de Gualeguaychú, Sergio Rondoni Caffa, quien hasta ahora sólo había podido incorporar al expediente los miles de mensajes guardados en el aparato móvil de la acusada ya que los expertos de la Procuración de Entre Ríos no pudieron acceder al contenido del teléfono de la víctima ya que éste estaba encriptado.

Fuentes judiciales informaron a Télam que ambos celulares serán remitidos a Gendarmería Nacional para que este miércoles sus peritos realicen la apertura y análisis de los mismos en sus laboratorios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ese mismo día, pero en la sede de Policía Científica de Entre Ríos en Paraná se llevará a cabo un peritaje de balística forense en el cual se analizará el llamado «Anillo de Fisch», que determina mediante el análisis de muestras de piel del cuerpo de la víctima la distancia y trayectoria, entre otras cuestiones, de los disparos recibidos, dijeron los mismos informantes.

El fiscal Rondoni Caffa ya recibió a fines de la semana pasada los resultados de los exámenes toxicológicos que revelaron que Fernando (21) no había consumido alcohol ni drogas la noche del crimen.

En tanto, hoy se conoció que Gustavo Pastorizzo, padre de la víctima, denunció ante la Policía entrerriana que entre las 4 y 5 de la madrugada de ayer se despertó «al escuchar fuertes patadas» en la puerta de su vivienda ubicada en el barrio Pueblo Nuevo de Gualeguaychú.

Asimismo, al salir encontró despegado y roto un afiche con una leyenda en pedido de justicia por Fernando, con una foto del rostro del joven, que estaba pegado en el frente de su vivienda

Tras la denuncia, desde la Jefatura Policial Departamental Gualeguaychú se dispuso la presencia de un efectivo policial en las inmediaciones de la casa para evitar «que se repitan las agresiones y hechos vandálicos», explicaron voceros de esa fuerza.

Según consta en el expediente, el crimen fue cometido cerca de las 5 del 29 de diciembre último, en la vía pública de Gualeguaychú, donde a Fernando lo hallaron en estado de agonía, con un tiro en la espalda y otro en el pecho, y su moto y dos cascos tirados a su lado.

El joven murió poco después y si bien Nahir (19) primero declaró como testigo y dijo que había visto por última vez a su ex novio la noche anterior, luego se fueron sumando pruebas que derivaron en que la chica terminara presentándose a la Justicia y confesara el crimen.

Tras su confesión, Galarza fue internada en la sala 1 de Psiquiatría del Hospital Centenario por su estado de shock, y luego trasladada a una celda de la Comisaría del Menor y la Mujer, donde cumple la prisión preventiva por 60 días.

No obstante, el martes pasado, la acusada amplió su indagatoria y dio otra versión del hecho al asegurar que los dos disparos con los que mató a la víctima fueron «accidentales» y que en la primera declaración como imputada mintió porque tenía miedo que culpasen a su padre policía, quien era el dueño del arma homicida.

En esa tercera declaración, la joven aseguró que esa noche discutió en varias oportunidades con Fernando, que éste la golpeó y la agarró de los pelos, y que fue él quien tomó de la heladera el arma calibre 9 milímetros de su padre y se la llevó.

Además, dijo que en medio de la discusión, el joven le gatilló el arma en el estómago porque tenía celos y, luego, sobre el crimen, relató que los disparos se efectuaron accidentalmente cuando Fernando realizó una mala maniobra con la moto en la que la llevaba a ella a la casa de su abuela.