«La presencia de niños era generalmente un obstáculo o un código para evitar este tipo de ataques, hoy ya no. Se corrieron todos los límites». Con estas expresiones el fiscal Adrián Spelta, a cargo de la investigación del ataque a balazos en Empalme Graneros que se cobró la vida de un nene de 11 años y dejó heridos a otros dos de 13 y 14 y a una nena de dos, puso en palabras lo que se vive en Rosario por estas horas.

En declaraciones radiales, el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos, señaló que, evidentemente, «hay un conflicto con una banda particular en ese punto neurálgico de la ciudad, un conflicto que desencadenó una balacera que ya no tiene límites, porque se corrieron todos los límites. Y en este ataque lamentablemente, resultaron lesionados cuatro chiquitos, uno de ello falleció por un disparo que recibió por la espalda».

El funcionario judicial expresó, en entrevista con AM830, que «las personas encargadas de este tipo de conductas delictivas no valoran la vida propia y mucho menos la ajena, y sobre todo la de niños de escasa edad». En ese sentido, recordó que «en hechos anteriores personas amenazadas iban con sus hijos al lado y bajaban ventanilla porque la presencia del chico al lado evitaban ataques, pero hoy ya no es un elemento valorado para evitar un ataque».

En cuanto a quiénes serían los responsables presuntos del ataque, Spelta manifestó que no «son nombres conocidos, o por lo menos, sus referentes tal vez sean los conocidos, porque participaron en otros hechos de esta naturaleza que se están investigando». «Hasta la propia justicia federal debe estar investigando porque detrás de todo esto hay un negocio narco que es el motor de todos estos ataques».

El fiscal también apuntó que el lugar donde se produjo el trágico ataque es una zona que, actualmente, «esta saturando Gendarmería». «Pero en el momento no había presencia de ninguna autoridad policial, de ningún tipo». De hecho remarcó que «el padre del nene mas chiquito pasó por un corredor seguro y ahí le dio aviso a la policía. «Al trasladar al menor al nosocomio notifican el hecho».

«Se persiguieron a algunas personas que estaban ahí y que presumiblemente participaron del ataque.  Tras la persecución se encontraron  ametralladoras con silenciador, una pistola 9 milímetros y una moto recién utilizada que, entendimos, pudo haber sido usada en este ataque. Estas armas son de grueso calibre, muchas en mala conservación pero con poder de ataque», detalló Spelta.

Por último, precisó que hubo muchos testigos y que «tanto atacantes como victimas estaban en un mismo espacio territorial, quiero presumir -no puedo aseverar aún- que se trata de personas que han sido conocidos de las mismas víctimas porque eran gente del barrio».

La salud de los heridos

La directora del Hospital de Niños Zona Norte, Mónica Jurado, informó que los otros tres chicos heridos evolucionan favorablemente. «Dos niños están en sala de internación conjunta, con sus familiares, evolucionando. La niña de dos años tiene una lesión y una fractura del humero proximal. El de catorce está con una lesión en la boca, en el labio superior, que lesionó partes blandas, pero que no provocó lesión ósea», agregó Jurado.

Sobre el chico de 13 años, la directora médica dijo que «está en la sala de cuidados intensivos, en estado reservado, pero con buena evolución, sin asistencia respiratoria, con una lesión hepática y de neumotórax, por lo que tiene un tubo para drenar esa lesión».

En este sentido, puntualizó que el adolescente «permanece con la bala alojada en la zona paravertebral sin lesión ósea de la médula espinal. Fue un milagro».

Jurado explicó que el chico de 14 años recuerda que «escupió la bala, por lo que probablemente el proyectil haya tocado alguna otra superficie y por eso no hizo tanto daño».