Graciana Peñafort, abogada del ex canciller Héctor Timerman, respondió en la red social Twitter la nota del periodista Joaquín Morales Solá en La Nación. Además contó las intimidades de la declaración del ex canciller ante el juez Bonadio, «Fue una sesión de tortura», aseguró. Además relató que tuvieron que parar porque al ex funcionario se le pusieron los labios azules. «Me mataron», dijo cuando salió. La respuesta en un hilo de 25 puntos:

«Fue un calvario. Y además un calvario inútil, porque pese a constatar la enfermedad, Bonadio no adelantó la declaración», expresó en uno de los puntos de la respuesta. Y continuó: «Y fuimos, previo un complejo proceso de retirarle parte de la medicación para que pudiera declarar. La indagatoria fue lo más parecido a una sesión de tortura. Héctor estaba extremadamente dolorido y respiraba con dificultad», señaló.

Peñafort señaló que «cuando vino Bonadio a saludar y vio el cuadro de situación desolador, me escribió una nota diciendo Dra. cuando usted indique suspendemos esto . Héctor quiso seguir declarando y solo interrumpí esa declaración cuando sus labios se pusieron azules por falta de aire».

«De esa indagatoria salimos y nos fuimos a una clínica porque Héctor se desmayó en el auto. Tuvo una crisis cardíaca fruto del dolor y la falta de oxígeno. Cuando volvió en sí me decía: ‘me mataron Graciana, y yo no quiero morirme así, no dejes que manchen mi nombre, por favor'», escribió la letrada en una serie de 25 puntos en la red social del pajarito.

También recordó: «Tuve oportunidad de ser testigo de como buena parte del peronismo desfiló por su casa para abrazarlo y respaldarlo, al menos mientras pudo recibir gente», señaló Peñafort, quien indicó que Cristina Kirchner «siempre estuvo atenta a como estaba su salud y su ánimo».

Con una visible indignación a los dichos de Morales Solá sobre la conducta de ex presidenta sobre su interés por la salud de Timerman, recordó que «Era a mi a quien Cristina Kirchner llamaba para preguntar y para trasmitir mensajes de afecto. Que yo siempre retransmití y Héctor siempre sonreía. Porque Timerman en un momento ya no pudo hablar por telefono y luego, ya no pudo hablar. Mucho menos recibir visitas», dijo.