El detrás de escena y los detalles de los crímenes de los taxistas Héctor Figueroa y Diego Celentano; del colectivero de la línea K, Marcos Daloia; y del playero de una estación de servicio, Bruno Bussanich, así como las balaceras a als Comisaría 12ª y a un interno de la línea 122 y la aparición de una bandera con amenazas colgada en Avenida Circunvalación, se ventilan este miércoles en el Centro de Justicia Penal de Rosario, en una audiencia en la que 5 personas son imputadas por estos hechos, con diferentes roles. De acuerdo a lo revelado en la audiencia, el móvil de todos estos hechos habría sido «causar conmoción pública para torcer decisiones del Poder Ejecutivo Provincial».

El fiscal Patricio Saldutti detalló que las cinco personas adultas (hay dos menores involucrados en los hechos que están a disposición de la Justicia de Menores) que están siendo imputadas fueron acusadas de instigadores, partícipes y coautores materiales de los hechos. Los delitos que se les achacan son: son homicidios calificados, intimidación pública y coacciones agravadas entre otros. 

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Saldutti refirió que, «en principio, los autores materiales de los disparos serían menores de edad», aunque no especificó si el autor material de los homicidios fue la misma persona. Se trató de la misma de persona. «Al ser cuestiones referentes a la Justicia de Menores, no podemos explayarnos demasiado, solo informarles que hay participación de menores y estamos investigando activamente de manera coordinada».

Como instigadores fueron imputados un preso de alto perfil de Piñero, entre ellos, según algunas informaciones tribunalicias, sería el apodado «Chucky Monedita», y una persona que cumplía prisión domiciliaria en barrio Santa Lucía. Asimismo, Saldutti aseguró que los identificados pertenencen a una misma organización criminal, derribando la teoría que circuló sobre un acuerdo entre bandas para sembrar el terror en Rosario.

Además, el funcionario judicial detalló que los acusados «habrían cobrado entre 200.000 y 400.000 pesos, según el caso».

Consultado sobre la posibilidad de que un menor de 15 años hubiera cometido 3 de los cuatro homicidios, Saldutti insistió en que la investigación está en mano de la Justicia de Menores, pero que, en ese caso, se agravaría los hechos para los mayores acusados.