Un joven de 29 años acusado hace 10 días por ordenar desde la cárcel un homicidio que resultó fallido, fue imputado este miércoles en la ciudad de Rosario por el asesinato de Rodrigo Sánchez, quien era jefe de los sicarios de la narcobanda que lideraba Esteban Alvarado, ocurrido en marzo de 2020, informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA) santafesino.

Sánchez (44) era uno de los hombres de confianza de Esteban Lindor Alvarado, sindicado como jefe de una banda narco que la semana próxima irá a juicio con parte de su organización por varios homicidios, lavado de activos y otras actividades ilícitas.

Para el Ministerio de Seguridad de Santa Fe, cuando se produjo el crimen, Sánchez era considerado “el jefe de los sicarios” de Alvarado, a quien había visitado en la cárcel dos semanas antes de ser asesinado.

La principal hipótesis de los investigadores es que el crimen de Sánchez fue en venganza por el frustrado asesinato de Mariana Ortigala, una mujer que unos días antes había sido atacada a balazos cuando salía de su casa en el Gran Rosario, y que junto a su hermano son testigos en la causa contra Alvarado, para quien trabajaron antes.

Los pesquisas determinaron que el automóvil utilizado para matar a Sánchez, un Renault Logan color rojo, había sido robado previamente a un remisero por Héctor Brezik, cuyo hermano Jonatan estaba preso en una causa por drogas en la cárcel de Resistencia, Chaco, y según los investigadores mantenía vínculos con la banda “Los Monos”, enfrentada al grupo de Alvarado.

Para el fiscal rosarino Matías Edery, Rodrigo Benítez fue una de las personas que emboscó a Sánchez en la calle en marzo de 2020, cruzándole el automóvil delante de la camioneta que él conducía, y que luego lo mataron a tiros.

En la audiencia de este miércoles el fiscal recordó que tras el asesinato, “el imputado junto al resto de los ocupantes abandonaron el vehículo en zona de Magaldi y Ezeiza y se dieron a la fuga en otro auto que se encontraba estacionado allí”.

También recordó que 4 de febrero último, Benítez fue imputado con prisión preventiva al ser acusado por otro fiscal, Patricio Saldutti, de ordenar un asesinato desde la cárcel santafesina de Piñero, donde cumple prisión preventiva por un hecho de portación de arma de mayo de 2020.

El intento de homicidio –ya que la víctima sobrevivió- sucedió a las 3.30 de la madrugada del 26 de septiembre pasado cuando un joven identificado como Matías llegó a comprar drogas hasta un búnker de la localidad de Villa Gobernador Gálvez.

A los pocos minutos aparecieron dos personas, una de ellas armadas, según el fiscal enviados por Benítez, quien a través de una videollamada ordenó que lo pongan de rodillas por haberse negado, aparentemente, a vender drogas para él.

A pesar de que Matías habría prometido volver a comerciar estupefacientes para Benítez, el preso ordenó por videollamada: “Matalo”.

El joven recibió dos disparos en una pierna y logró escapar, para refugiarse en la vivienda de unos amigos, lo que permitió que luego denunciara el hecho que fue la base de la acusación contra Benítez por tentativa de homicidio.